El sector sindical pretende para 2020 un salario mínimo de $1.040, pero los empresarios opinan que la situación económica actual no se presta para aumentos considerables.
Trabajadores, empresarios y representantes del gobierno, discuten en Panamá los ajustes al salario mínimo, cuyos cambios deberán entrar en vigencia a partir del 1 de enero de 2020.
A partir del 1 de julio entra en vigencia el segundo incremento del salario mínimo por hora para los trabajadores de la construcción en Panamá, el cual llega en un contexto de baja considerable en la actividad del sector.
El aumento es parte de la Convención Colectiva de Trabajo CAPAC-Suntracs, que su negociación puso fin a una huelga que en 2018 duró más de 30 días. Esta alza llega en medio una caída en la construcción que desde varios meses atrás se viene registrando, pues según cifras oficiales al cierre del primer cuatrimestre de 2019 el costo de las nuevas construcciones, adiciones y reparaciones bajó 28% respecto a igual período de 2018.
En los últimos años el sector en Guatemala ha perdido cerca de 30 mil empleos, pues los altos costos que resultan de tener uno de los salarios mínimos más elevados de la región, ocasiona que sea más rentable sólo exportar materia prima, en vez de confeccionarla en el país.
Las cifras de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex) evidencian que en los últimos años se han perdido varios empleos en el sector, dado que entre 2006 y 2018 la industria a perdido un considerable número de puestos de trabajo, pues pasó de 82.109 a 53.636 plazas, lo que equivale a una merma de 35%.
Durante el año pasado el Estado panameño gastó $3.925 millones en salarios a funcionarios públicos, 8% más que lo reportado en 2017, alza que se explica por los aumentos interanuales reportados en los primeros meses de 2018.
Cifras de la Contraloría General de la República detallan que entre 2017 y 2018, el gasto en salarios a empleados públicos aumentó $298 millones, al pasar de $3.627 millones a $3.925 millones.
La definición de cuánto y cómo debe ajustarse el salario mínimo, algo que en ocasiones parece hacerse de forma antojadiza y con fines políticos, sigue siendo uno de los factores que más enfrenta a empresarios y gobiernos de Centroamérica.
En Costa Rica se aprobó para 2019 un incremento de 3% en el salario mínimo; en El Salvador, se prevé discutir un aumento, y en Guatemala, la comisión a cargo del tema informó que este año no se harán incrementos.
Cediendo a la presión de los que cada día pueden elegir qué comer, la administración Morales derogó el salario mínimo diferenciado, negando a los que no tienen esa opción, el derecho a elegir cómo vivir.
EDITORIAL
El presidente Morales puso fin a la iniciativa con la que se pretendía atraer inversiones a cuatro municipios del país aplicando salarios mínimos diferenciados, cediendo ante el poder mediático de quienes, desde la comodidad de una oficina climatizada y con miles de dólares a cobrar al fin de cada mes, entienden razonable quitar a los que no poseen nada, la posibilidad de tener un trabajo.
Desde la comodidad de una oficina climatizada y con miles de dólares a cobrar al fin de cada mes, gente bien intencionada pretende quitar a los que no poseen nada, la posibilidad de tener un trabajo.
EDITORIAL
La lucha por la dignificación del trabajo y la erradicación de la esclavitud de las personas por el capitalismo salvaje, llevó a la implantación -en las sociedades modernas- de los salarios mínimos.
En Guatemala ya sufren los "Pactos de Trabajo", cepa del mismo virus "Convenciones colectivas" que en Costa Rica enferma al Estado, distorsiona el mercado de trabajo y genera inequidad.
EDITORIAL
El artículo editorial Lesividad de pactos de trabajo en el sector público, publicado hoy en Elperiodico.com.gt, podría haberse escrito hace algunos años para Costa Rica. Guatemala aún parece tener oportunidad de reaccionar ante la enfermedad, con la medicación adecuada. En Costa Rica, en cambio, la enfermedad está tan extendida que la cirugía mayor que hoy necesita no parece viable, y lo único que queda es esperar la inevitable crisis final.
Gremios y autoridades del sector acordaron una nueva escala salarial que indica un mínimo de $700 para los Grado 1 y de $1.500 para los Grado 8.
El artículo en Diaadia.com reseña que "... Luego de seis meses de negociaciones el MINSA, la CSS y CONAGREPROTSA, firmaron el acuerdo de escala salarial que mejora sustancialmente la remuneración que reciben profesionales y técnicos de la salud, al servicio del Estado.
En un contexto de alto desempleo e informalidad del trabajo cualquier aumento en el monto del salario mínimo produce más desempleo, más informalidad, y consecuentemente, más pobreza y desigualdad.
En Costa Rica, los últimos números publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INEC) ubican el desempleo durante el primer trimestre de 2015 en 10,1%. Si a eso se le suman los que no están desocupados pero sus empleos son informales, que es un 45,3% de toda la población con trabajo, se puede decir que en Costa Rica a casi la mitad de la población que desea trabajar no le aumentan sus ingresos si se aumenta el salario mínimo.
En Honduras y Nicaragua el costo que debe asumir una empresa para formalizar a un trabajador equivale a más del 70% de lo que producirá, mientras que en Costa Rica, El Salvador y Panamá, poco menos del 40%.
Del comunicado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID):
Formalizar un trabajador en América Latina cuesta el 39% de lo que produce
Los costos salariales y no salariales, en relación a la productividad, son un 50% más altos en América Latina que en el promedio de los países de la OCDE.