La calificadora de riesgo ratificó la nota de Incumplimiento de Emisor en Moneda Extranjera de Largo Plazo del país centroamericano en "B-" y revisó la perspectiva de la calificación a estable desde negativa.
Las calificaciones de Nicaragua están limitadas por el puntaje promedio más bajo de los Indicadores de Gobernanza del Banco Mundial en América calificada por Fitch, el bajo ingreso per cápita, los riesgos de estabilidad política y las sanciones internacionales que limitan el financiamiento externo futuro, destaca el análisis de la calificadora.
Para el Fitch el rezago en las campañas de vacunación constituye un riesgo latente de una pandemia prolongada, lo que retrasaría la recuperación de las economías de la región y provocaría presiones negativas en las calificaciones de riesgo que se emitirán en los próximos meses.
Fitch Ratings emitió el 25 de mayo un boletín para México, Centroamérica y el Caribe, en el que advirtió que dadas las profundas contracciones económicas de la región y las perspectivas de recuperación moderadas, se visualizan amenazas de presiones negativas en las calificaciones.
Fitch Ratings decidió cambiar la perspectiva de los bancos de la región de estable a negativa, argumentando que la crisis sanitaria actual afectará a las entidades financieras de todos los países.
Tomando en cuenta las medidas que en los últimos 15 días han adoptado los países en materia económica, a raíz de la propagación del covid19, Fitch prevé que habrá una merma en la colocación de préstamos.
Argumentando que la fortaleza económica se ha debilitado como resultado de las tensiones sociales y que probablemente dejará un impacto negativo duradero, la calificadora redujo de B2 a B3 la nota de riesgo crediticio para el país.
Explica el reporte de la agencia que "... el riesgo de un acceso reducido al crédito externo oficial está creando desafíos de financiación y restringiendo la capacidad de las autoridades para apoyar la actividad económica".
Para Fitch Ratings los bancos en Nicaragua continuarán presionados por los efectos restantes de una contracción económica por segundo año consecutivo, situación que deriva de la crisis política que afecta al país.
Fitch Ratings decidió mantener en B- la calificación de riesgo para el país, pero cambió la perspectiva de negativa a estable, argumentando que se observan algunos indicios de estabilización de las reservas del Banco Central y los depósitos de los bancos comerciales.
La revisión de la Perspectiva refleja la estabilización de las reservas del banco central y los depósitos de los bancos comerciales, un ajuste fiscal significativo y una reforma de la seguridad social que han reducido las necesidades de financiamiento interno y un pronunciado reequilibrio externo que ha facilitado el requisito de financiamiento externo, informó la agencia calificadora
Standard & Poor's advirtió que si en los próximos meses empeora el entorno político o se deteriora nuevamente el acceso al financiamiento local y externo, la nota de la deuda podría sufrir una nueva degradación.
Las últimas calificaciones de riesgo para la emisión de deuda a largo plazo de las economías centroamericanas, identifican a Panamá como el país más atractivo para invertir.
El pasado 8 de marzo la calificadora Moody's decidió elevar de Baa2 a Baa1 la calificación de emisor a largo plazo en moneda extranjera, argumentando que las perspectivas siguen siendo más favorables en el mediano plazo.
Los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua enfrentarán mayores dificultades para obtener financiamiento en los mercados externos, debido a las rebajas que han sufrido sus calificaciones de riesgo por parte de las agencias internacionales.
Argumentando que Costa Rica refleja déficits fiscales persistentemente amplios, necesidades de financiamiento a corto plazo debido a un fuerte calendario de amortización y restricciones de financiamiento del presupuesto, el 15 de enero Fitch Ratings informó que decidió bajar la calificación de incumplimiento del emisor en moneda extranjera a largo plazo del país, de BB a B+.
Argumentando una contracción económica mayor a la esperada, un creciente déficit fiscal y un mayor riesgo de restricciones financieras internas y externas, la calificadora redujo la nota de B a B-.
Esta es la segunda reducción de la calificación por parte de Fitch Ratings en lo que va del año. En el primer trimestre la nota era de B+ con perspectiva estable, en el segundo trimestre la calificadora la bajó a B con perspectiva negativa, y ahora la redujo hasta B-, y mantuvo la perspectiva negativa.
Argumentando que los perfiles fiscales y financieros del país se han debilitado, Standard & Poor´s bajó de B a B- la nota de la deuda nicaragüense en moneda extranjera, con perspectiva negativa.
La perspectiva negativa refleja una probabilidad mayor a uno de cada tres de una baja de calificación en los próximos 12 meses debido a una posible presión adicional sobre la balanza de pagos o al sistema financiero nacional dolarizado, dadas las limitadas opciones de financiamiento de divisas del gobierno.
S&P redujo de B+ a B la nota de la deuda, argumentando que la escalada del conflicto interno ha debilitado la gobernabilidad, y podría volver a reducir la calificación en los próximos 12 meses si la violencia sigue aumentando.
Del reporte de S&P Global Ratings:
El 23 de julio de 2018, S&P Global Ratings redujo la calificación del crédito soberano de Nicaragua a largo plazo en moneda extranjera de 'B+' a 'B' con perspectiva negativa.
Moody´s cambió de positiva a estable la perspectiva de la calificación de la deuda, argumentando el impacto económico que tiene la ruptura del modelo de consenso de diálogo nacional.
Del comunicado de Moody´s:
Nueva York, 13 de junio de 2018 - Moody's Investors Service ("Moody's") cambió hoy la perspectiva de calificación de Nicaragua de positiva a estable y afirmó sus calificaciones de emisor B2 a largo plazo.
S&P bajó desde estable a negativa la perspectiva de calificación debido al menor crecimiento y expectativas fiscales más débiles ante la turbulencia política.
Del resumen del informe de S&P Global Ratings:
8 de Junio de 2018.
- Las protestas públicas y los desacuerdos políticos han perturbado la economía de Nicaragua y han creado incertidumbre política.
Standard & Poor´s mantuvo la calificación de B+ para la deuda soberana de largo plazo, argumentando que el crecimiento económico es estable y la carga de la deuda pública se mantiene moderada.
Standard & Poor´s (S & P) informó que las "... calificaciones en Nicaragua están respaldadas por la trayectoria del soberano de crecimiento estable del PIB y políticas económicas pragmáticas, sus déficits fiscales bajos y una carga de deuda gubernamental moderada, que contrarrestan su bajo PIB percapita, su posición externa débil y la rigidez de su política monetaria."
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