A pesar que trabajar desde la casa es considerado un incentivo no salarial por la flexibilidad y beneficios que brinda al empleado, esta modalidad de trabajo aún no es tendencia para las empresas en Guatemala.
Implementar el trabajo desde casa o home office, es una modalidad cada vez más frecuente entre ejecutivos y profesionales que ven los beneficios que proporciona el teletrabajo. Sin embargo, esto obliga a las empresas a hacer ciertos cambios que, al parecer, no todas están dispuestas a realizar.
Empresarios de Centroamérica y República Dominicana piden que no se ratifique el Convenio 190 de la OIT, argumentando que en los países ya existe normativa para regular acciones en materia de violencia y acoso en ambientes laborales.
Luego que entre 2014 y 2017 la tasa de desempleo a nivel nacional se mantuviera en 7%, en 2018 se registró una baja de casi 1%, llegando a 6,3%.
La tasa de ocupación es la razón entre los ocupados y el total de la PEA. Representa el grado de aprovechamiento efectivo del recurso humano disponible para el trabajo.
En los últimos años el sector en Guatemala ha perdido cerca de 30 mil empleos, pues los altos costos que resultan de tener uno de los salarios mínimos más elevados de la región, ocasiona que sea más rentable sólo exportar materia prima, en vez de confeccionarla en el país.
Las cifras de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex) evidencian que en los últimos años se han perdido varios empleos en el sector, dado que entre 2006 y 2018 la industria a perdido un considerable número de puestos de trabajo, pues pasó de 82.109 a 53.636 plazas, lo que equivale a una merma de 35%.
Como parte de sus primeras acciones, el nuevo presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció la eliminación de 4 secretarías y la creación de dos nuevas: Innovación y comercio e Inversiones.
En El Salvador se comienzan a anunciar los cambios que se vienen con la llegada de Nayib Bukele al poder, pues en la primera reunión del consejo de ministros se informó que desaparecerán la Secretaría Técnica de la Presidencia, la de Inclusión Social, la de Gobernabilidad, la de Transparencia y Anticorrupción, y la Secretaría de Vulnerabilidad, todas creadas durante el gobierno del FMLN.
La creciente tendencia por trabajar para empresas que ofrecen la flexibilidad de laborar desde casa o en espacios fuera de la oficina, está provoca variaciones en el rendimiento de los empleados y hasta cambios en el mercado inmobiliario.
Expertos en el tema opinan que en Panamá se reporta una tendencia que va en crecimiento, que consiste en que los empleados prefieren no trabajar en los ambientes eminentemente corporativos y hacerlo en coworkings, cafeterías y oficinas vanguardistas, o incluso laborar desde casa.
Debido a que en Guatemala no existe aun un reglamento para el empleo a tiempo parcial, los empresarios del sector textil estiman que el país pierde entre 40 y 70 mil plazas de trabajo.
Para los representantes de la Comisión de Vestuario y Textil (Vestex), los altos costos de operación y mano de obra que hay en Guatemala, ocasiona que los empresarios envíen piezas cortadas a Honduras, El Salvador y Nicaragua para ser ensambladas.
La informalidad, el acceso a servicios sociales y la educación permanente, son algunos de los aspectos en los que deben enfocarse las economías de la región para mejorar la condiciones del mercado laboral.
Representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron en San José, Costa Rica, el reporte "Trabajar para un futuro más prometedor", elaborado por la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, el cual describe los factores que afectan al trabajo en los países de la región.
A pesar de la ubicación y los beneficios fiscales que en algunos casos ofrecen los países de la región, la falta de formación de la población será el principal obstáculo para seguir atrayendo grandes inversiones.
La falta de garantía de encontrar el capital humano competente y sostenible necesario para la adecuada operación de las empresas, es un tema que influye negativamente en la atracción de inversiones importantes en Centroamérica.
La definición de cuánto y cómo debe ajustarse el salario mínimo, algo que en ocasiones parece hacerse de forma antojadiza y con fines políticos, sigue siendo uno de los factores que más enfrenta a empresarios y gobiernos de Centroamérica.
En Costa Rica se aprobó para 2019 un incremento de 3% en el salario mínimo; en El Salvador, se prevé discutir un aumento, y en Guatemala, la comisión a cargo del tema informó que este año no se harán incrementos.
En la región centroamericana se estima que la tasa de desempleo promedio de quienes tienen entre 15 y 24 años ronda el 11%, siendo la falta de experiencia laboral la principal barrera para acceder al primer trabajo.
Según cifras del Observatorio Centroamericano de Desarrollo Social, Costa Rica y Panamá son los países de la región con mayores tasas de desempleo juvenil, con 27% y 15%, respectivamente.
Aunque surgirán nuevas ocupaciones, los cambios tecnológicos tendrán un fuerte impacto en la región centroamericana, donde existe una elevada proporción de puestos de trabajo con alto riesgo de automatización.
Según estimaciones realizadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2018 se calculaba que el 75% de los trabajadores en Guatemala y El Salvador se encuentran en ocupaciones con alto riesgo de automatización. En Costa Rica esa proporción asciende a 68%, en Panamá y Nicaragua a 65%, y en República Dominicana a 62%.
Pobre habilidad numérica y limitado dominio del idioma Inglés, son las principales debilidades que reportan los jóvenes que buscan desarrollarse en el mercado laboral en El Salvador.
Un análisis de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), detalla que, en términos generales, el segmento del mercado laboral compuesto por jóvenes muestra áreas fuertes y otras débiles. Las debilidades están en aspectos fundamentales para el mercado, como en sus habilidades numéricas (respondieron solo un 37% de respuestas), y en el limitado dominio del inglés (solo 27% dijeron que lo hablan). En cambio, 9 de cada 10 jóvenes manejan dispositivos tecnológicos con facilidad, lo que es clave para la inserción laboral en un mercado cada vez más tecnológico. Los jóvenes que solo trabajan y los ninis muestran desventajas en todas las habilidades cognitivas y técnicas, en comparación con los que se mantienen en el sistema educativo, concluye el informe.
La informalidad en el sector laboral, los bajos niveles de tributación y la poca inversión en innovación y desarrollo, son algunos de los frenos que enfrenta el país en materia de competitividad.
El Ministerio de Economía presentó el "Primer Informe Nacional de Competitividad", que analiza más de 200 indicadores obtenidos de índices elaborados por organismo internacionales como Doing Business, Índice de Competitividad, Facilitación de Comercio, Innovación Global, Conectividad e Índice de Desempeño de la Estructura Energética.
Entre los años 2016 y 2017, el Área Metropolitana de San Salvador registró un leve aumento en la tasa de desempleo al subir de 6,8% a 7,5%.
Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples correspondiente al año 2017, la tasa de desempleo "... Por rangos de edad se tiene que el desempleo en jóvenes (16 a 24 años) es del 14.4%, en las personas de 25 a 59 años es de 5.1%, mientras que en los mayores de 59 años es de 5.9%."