Al cambiar el esquema de financiamiento a deuda soberana, el BCIE suguirió al gobierno de Guatemala volver a licitar las obras.
La licitación inicial, adjudicada a la única empresa oferente, Solel Boneh FTN, indicaba que la adjudicataria debía conseguir por sí misma la financiación del proyecto, que en este caso fue otorgado a la empresa por el BCIE.