Narcotráfico y pandillas son los principales factores del asesinato intencional en los países más violentos del mundo: Honduras, Belice, El Salvador y Guatemala.
Según el reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC), al 2012 Honduras registra 90,4 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En Belice la tasa de homicidios es de 44,7 por cada 100 mil habitantes, en El Salvador es de 41,2, en Guatemala es de 39,9.
La procuradora del Estado señala la penetración de las organizaciones del narcotráfico en la economía y las instituciones políticas panameñas.
De acuerdo con la procuradora, Ana Belfon, durante su primer año de labores percibió como ha incrementado la penetración de la delincuencia organizada en la economía y las instituciones del Estado panameño.
“No es extraño que el narcotráfico pueda penetrar las instituciones, ya que ha logrado crear prácticamente una economía paralela”, explicó Belfon.
Juan Orlando Hernández asume la presidencia de un país afectado por un grave deterioro fiscal, la violencia criminal, y la falta de inversión pública y privada.
El nuevo presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, asume el mando del país en un contexto muy complejo, donde la falta de infraestructura adecuada, un elevado déficit fiscal y condiciones sociales deterioradas afectan seriamente la competitividad del país a nivel internacional.
Un estudio de la CEPAL revela que las empresas de Guatemala y El Salvador pagan los costos más altos por el crimen organizado en Latinoamérica.
De acuerdo con datos del Índice de Competitividad Global 2012-13, retomados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su informe sobre la seguridad en el sector logístico de la región, Guatemala cuenta con un puntaje de 1.86 en una escala del 1 al 7 sobre la influencia del crimen y la violencia en los costos de operación de las empresas, donde 1 es “en gran medida” y 7 significa “en nada”.
En solamente un año, las incautaciones de cocaína se duplicaron, sumando más de 15 toneladas, con un valor de mercado en Estados Unidos de $2 mil millones.
Costa Rica, el país de América Central que se destaca por su desarrollo económico, su institucionalidad, y su paz social, es parte del corredor terrestre donde aumentan sus operaciones los carteles mexicanos y colombianos para el transporte de la droga hacia los Estados Unidos, el mayor mercado consumidor de estupefacientes del mundo.
Actualmente es México el que acapara los titulares mundiales por la violencia del narcotráfico, pero en Centroamérica la tasa de homicidios ya es superior a la del país azteca.
Al igual que otros analistas, Andrés Oppenheimer señala el drama que se desarrolla en Centroamérica por causa del narcotráfico: "Hasta en Costa Rica, un país que suele ser llamado la Suiza de Latinoamérica por ser una isla de paz y prosperidad en la región, está creciendo la ansiedad por la creciente ola de violencia relacionada con las drogas."
Comisión de líderes mundiales insta a poner fin a la fracasada guerra al narcotráfico, y pide reformas fundamentales del régimen mundial de prohibición de las drogas.
En Centroamérica ya lo sabíamos: La guerra global a las drogas ha fracasado, con consecuencias devastadoras para individuos y sociedades alrededor del mundo.
Los centroamericanos, junto a colombianos y mexicanos, somos a nivel mundial el grupo humano más afectado por las consecuencias de la inútil guerra contra las drogas. La violencia va en aumento en todos los países del área, donde ya hay zonas donde el Estado se ha retirado y solo impera el poder de los carteles criminales.
Los crecientes niveles de criminalidad y violencia que azotan a América Central no sólo tienen un costo humano y social inmediato, sino que también representan un peligro enorme para el potencial de desarrollo de la región.
En la actualidad, se calcula que estas fuentes de inestabilidad podrían llegar a reducir el Producto Interno Bruto (PIB) en un 8 por ciento, una vez que los costos sobre la salud, institucionales, de seguridad privada y materiales se toman en cuenta.
Los crecientes niveles de criminalidad y violencia que azotan a América Central no sólo tienen un costo humano y social inmediato, sino que también representan un peligro enorme para el potencial de desarrollo de la región.
En la actualidad, se calcula que estas fuentes de inestabilidad podrían llegar a reducir el Producto Interno Bruto (PIB) en un 8 por ciento, una vez que los costos sobre la salud, institucionales, de seguridad privada y materiales se toman en cuenta.
La falta de capacidad de los estados y su desventaja frente al poder económico del narcotráfico habilitan el aumento de la violencia y la corrupción.
"Utilizando sistemáticamente la violencia y la corrupción, intimidando y extorsionando a funcionarios públicos, los grupos delictivos acaudalados y poderosos han podido debilitar los sistemas policiales y judiciales.
La entrada en vigencia en El Salvador de la Ley anti-maras sirve de acicate para la toma de acciones regionales para la proscripción de las pandillas.
Previendo que para evitar ser encarcelados los integrantes de las pandillas salvadoreñas conocidas como "Maras" se trasladen a los países vecinos, en especial Guatemala y Honduras, estos han activado medidas extras de seguridad fronteriza.
Si los resultados de esa "ayuda" van a ser los mismos que sufre México, en Centroamérica debiéramos decir "NO, GRACIAS".
La inclusión de Costa Rica en la lista -emitida por el gobierno de los Estados Unidos- de países más afectados por el tránsito de drogas ilícitas, confirmó lo que los costarricenses ya intuían: el narcotráfico se ha convertido en un problema muy grave.
Según el Instituto de Estudios Estratégicos del Pentágono el narcotráfico está tomando el control de su territorio, e infiltrándose en el sistema político.
El estadounidense Hal Brands, en su informe "Crimen, Violencia y Crisis en Guatemala", describe como crítica la situación en Guatemala, resaltando la debilidad del Estado y la fragmentación de la sociedad como los principales factores que afectan su capacidad para hacer frente a los pandilleros y organizaciones dedicadas al transporte y comercio de droga.
¿Cuál es la oportunidad real que tienen estos países de luchar contra el narcotráfico, si por ejemplo en Guatemala, la economía de la droga supera el doble del PIB del país?
En 2007, por Centroamérica sólo pasaba el 1% de la cocaína suramericana rumbo a los Estados Unidos. Hoy transita entre el 60% y el 90%.
Mientras es México el país que acapara las noticias internacionales con su diario panorama de muerte y corrupción provocado por el narcotráfico, otros países cercanos -que no reciben tanta atención mediática- ya han caído en manos de los carteles de la droga, y la violencia se ensaña con sus habitantes, como en el caso de Honduras, que contabiliza 15 asesinatos al día en una población de poco más de 7 millones.