Los industriales costarricenses advierten que aumentar en un 34% el salario mínimo en el sector privado provocará más desempleo e impulsará más empresas a la informalidad.
La iniciativa de ley referente al salario mínimo pone en peligro los planes de nuevas contrataciones del sector privado, y su aprobación como ley provocaría más informalidad y más desempleo.
En Honduras y Nicaragua el costo que debe asumir una empresa para formalizar a un trabajador equivale a más del 70% de lo que producirá, mientras que en Costa Rica, El Salvador y Panamá, poco menos del 40%.
Del comunicado del Banco Interamericano de Desarrollo (BID):
Formalizar un trabajador en América Latina cuesta el 39% de lo que produce
Los costos salariales y no salariales, en relación a la productividad, son un 50% más altos en América Latina que en el promedio de los países de la OCDE.
El sector privado pide al gobierno buscar un consenso sobre el tema entre los sectores productivos, en el contexto de una economía que pierde dinamismo.
A diferencia del último ajuste que se hizo en diciembre 2013, este año la negociación se llevará a cabo en un contexto económico y político diferente, donde elementos como la leve desaceleración en la actividad económica y las diferencias del sector privado con la administración Varela pondrán a prueba el proceso de negociación.
En la discusión que se procesa en Guatemala sobre salarios diferenciados se escuchan voces que desde la comodidad de sus escritorios plantean la cuestión como un todo o nada.
EDITORIAL
Juan Carlos Tefel, Director de Junta Directiva de CIG y Gerente General de Fogel, analiza con pragmatismo empresarial pero también con sensibilidad social el tema de la definición de salarios diferenciados para algunas comunidades guatemaltecas, que tienen "una alta tasa de desempleo e ingresos 'reales' muy por debajo del salario mínimo."
Los sindicalistas que lo promueven, los funcionarios que lo calculan, los gobernantes que lo decretan, no son parte de la legión de desempleados que seguramente trabajarían por menos del salario mínimo oficial.
EDITORIAL
El desempleado no tiene voz -en principio porque no paga cuota sindical- y si la tuviera no la alzaría, porque se siente carente de la dignidad necesaria para hacerlo, porque se acostumbró a adoptar una postura muy humilde en las entrevistas de trabajo. Nada empobrece más el espíritu humano que la falta de actividad remunerada de alguna manera.