Argumentando que debido a la pandemia los ingresos corrientes del Gobierno General han disminuido de forma importante, la calificadora Standard and Poor’s bajó la calificación soberana de Panamá de BBB+ a BBB.
El aumento en el pago total de los intereses de la deuda como proporción de los ingresos corrientes del Gobierno General, es otro de los factores que la calificadora de riesgo tomó en cuenta para rebajar la nota de Panamá.
Argumentando que no existe una consolidación fiscal significativa y una recuperación económica sostenida, la calificadora de riesgo decidió degradar de estable a negativa, la perspectiva de la calificación del gobierno como emisor a largo plazo.
Aunque la perspectiva fue modificada, Moody's decidió mantener en Baa1 la calificación de emisor a largo plazo y deuda senior no garantizada.
La calificadora mantuvo en BBB la calificación de incumplimiento de emisor de largo plazo, sin embargo, decidió cambiar de estable a negativa la perspectiva de riesgo, argumentando que la carga de la deuda continuará aumentando en 2020.
La revisión de la perspectiva a negativa de Panamá refleja un marcado deterioro en el déficit fiscal y el aumento significativo de la carga de la deuda del gobierno, relacionada con la acumulación de atrasos por parte de la administración anterior y objetivos de déficit fiscal más altos bajo la Ley de Responsabilidad Fiscal modificada, informó Fitch.
Argumentando que las perspectivas siguen siendo más favorables en el mediano plazo, Moody's elevó de Baa2 a Baa1 la calificación de emisor a largo plazo en moneda extranjera.
Para la calificadora, Panamá continuará creciendo rápidamente, superando el crecimiento alcanzado por la mayoría de los pares calificados en Baa.
Debido a su sólido y estable desempeño macroeconómico, Fitch confirmó la calificación en moneda extranjera a largo plazo en 'BBB', con perspectiva estable.
Para la calificadora de riesgo, el desempeño macroeconómico del país ha impulsado un aumento sostenido en el ingreso per cápita, además prevé que el crecimiento del PIB se recuperará hasta el 5,8% en 2019 y el 5,5% en 2020, por encima de países con una calificación similar.
Los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua enfrentarán mayores dificultades para obtener financiamiento en los mercados externos, debido a las rebajas que han sufrido sus calificaciones de riesgo por parte de las agencias internacionales.
Argumentando que Costa Rica refleja déficits fiscales persistentemente amplios, necesidades de financiamiento a corto plazo debido a un fuerte calendario de amortización y restricciones de financiamiento del presupuesto, el 15 de enero Fitch Ratings informó que decidió bajar la calificación de incumplimiento del emisor en moneda extranjera a largo plazo del país, de BB a B+.