Doce meses después de que en Centroamérica iniciara una crisis sanitaria y económica que fue provocada por el brote de covid19, Guatemala fue la economía que se recuperó con mayor rapidez y la actividad económica panameña es la que más tarda en regresar a niveles previos a la pandemia.
En marzo de 2020 en los países de la región se comenzaron a detectar los primeros casos de covid19.
Aunque las fiestas de fin de año son una amenaza para que en Centroamérica se registre una segunda ola de contagios de covid19, se prevé que no se decreten cierres totales pues en la actualidad hay opciones eficaces de control en materia de salud, y menos costosas para la economía.
Cuando en marzo de 2020 se reportaron los primeros casos de covid19 en la región, la mayoría de gobiernos decidieron paralizar gran parte de las actividades productivas y decretar cuarentenas domiciliares. Estas acciones enfocadas en contener el avance del virus provocaron una severa crisis económica en todos los países.
A raíz las protestas reportadas el 29 de agosto, las autoridades costarricenses decidieron que a partir del 9 de septiembre las unidades con placa extranjera que transiten de frontera a frontera por el país serán monitoreados mediante GPS y ya no se les dará el acompañamiento de convoy.
Como forma de protesta, conductores de vehículos de carga mantuvieron bloqueado el tránsito en Paso Canoas, puesto fronterizo entre Panamá y Costa Rica.
En El Salvador las ventas totales de la red de gasolineras a nivel nacional registraron una caída interanual en la cantidad de galones vendidos de 52% y 54% durante Abril y Mayo, respectivamente, debido las restricciones impuestas a la circulación vehicular por la pandemia.
Las cifras acumuladas de la Dirección de Hidrocarburos y Minas también evidencian una baja considerable, pues entre enero y mayo de 2019 y el mismo período de 2020, el consumo se redujo en 24%, al pasar de 176 millones a 133 millones de galones.
En respuesta a las restricciones aplicadas a pilotos costarricenses, a quienes se les impide salir con carga desde Panamá, desde el 14 de julio Costa Rica no permite la salida de camiones con placa panameña que transporten mercancías.
Por la propagación del covid19 Costa Rica fue el primer país que impuso restricciones a las unidades de transporte de carga de los demás países de la región.
En El Salvador los negocios se preparan para abrir, pero existe incertidumbre respecto a los ingresos que podrán generar en los próximos meses, pues no se sabe que capacidad de gasto tendrán los consumidores y si las personas se sentirán seguras sentándose a comer en el área de mesas.
Inicialmente se tenía previsto que a partir del 7 de julio se iniciaría con la segunda fase del proceso de reapertura económica, que contempla la reactivación de las industrias de plástico, papel, cartón y calzado, además de los call centers, restaurantes y transporte coletivo.
Argumentando que no les permiten salir con carga del resto de los países de la región, transportistas costarricenses protestan en la frontera entre Costa Rica y Panamá, y piden a las autoridades aplicar medidas de reciprocidad.
Con las inconformidades de los empresarios de Costa Rica el tránsito de las mercancías en Centroamérica se podrían dificulta, y aunque al medio día del 7 de julio aún no se reportaban bloqueos al transporte de carga, el sector no descarta extender las protestas.
Autoridades locales decidieron ampliar de 3 a 10 días, el período máximo que se les permite a los conductores del transporte de carga internacional, para permanecer en territorio salvadoreño para que descarguen o carguen mercaderías.
Por la propagación del covid19 Costa Rica fue el primer país que impuso restricciones a las unidades de transporte de carga de los demás países de la región.
Después que se superaran las tensiones generadas por las restricciones que impuso Costa Rica al ingreso de transporte carga proveniente de países vecinos, los pilotos costarricenses denuncian que las autoridades de la región lejos de aplicar medidas recíprocas, han establecido "medidas represivas".
Entre el 18 de mayo y el 1 de junio de 2020 en Centroamérica se interrumpió el tránsito libre de mercancía.
De tres a cinco días se incrementó el tiempo que tienen disponibles los transportistas costarricenses para permanecer en territorio nicaragüense, para descargar mercancías o por tránsito regional.
En la actualidad transportar mercancías vía marítima entre los países centroamericanos puede incrementar los costos del flete en al menos 60% comparado con la opción terrestre, lo que representa un obstáculo al cambio en la modalidad del trasiego de mercadería en la región.
A raíz del cierre del paso aduanero de Peñas Blancas, frontera entre Costa Rica y Nicaragua, algunos empresarios de la región tuvieron que recurrir a la vía marítima para lograr entregar sus pedidos.
Aunque los mercados de la región aún no enfrentan un escenario de desabastecimiento de materias primas o productos, las restricciones impuestas al transporte de carga están destruyendo la cadena logística regional.
Después de que Costa Rica impusiera varias restricciones a la circulación del transporte de carga que ingresa a su territorio, el gobierno panameño limitó a 72 horas el permiso para que transportistas costarricenses permanezcan en el país.
Luego de que el gobierno de Costa Rica decidiera imponer varias restricciones a las unidades de transporte pesado que ingresan a su territorio, el gobierno hondureño decidió conceder a los pilotos costarricenses sólo 72 horas de permanencia en el país.
El monitoreo de camiones por medio de GPS para supervisar las rutas programadas y el tiempo del transportista en el país, es la propuesta de las autoridades costarricenses para que las unidades de transporte de carga de Centroamérica puedan ingresar a su territorio.
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