Después que en Costa Rica concluyera el diálogo multisectorial, las principales calificadoras de riesgo coinciden en que debido a que los acuerdos suscritos para reducir el déficit son insuficientes, el gobierno deberá ejecutar de forma oportuna sus políticas fiscales.
Aunque la situación fiscal de Costa Rica ya era precaria desde antes que comenzara la crisis sanitaria y económica que provocó el brote de covid19, el escenario comenzó a empeorar desde marzo de este año.
El gobierno costarricense se enfrenta a un complejo escenario, pues al no lograr consensos para acceder a préstamos internacionales, se verá obligado a buscar fuentes de financiamiento internas, lo que presionaría al alza el tipo de cambio y las tasas de interés.
La crisis económica que atraviesa el país a causa del brote de covid19 terminó por agudizar la situación fiscal del país.
El déficit financiero del Gobierno Central al final del año pasado fue equivalente al 6% del Producto Interno Bruto, 1,2% menos que lo proyectado inicialmente.
Según las autoridades, el déficit fiscal según proporción del PIB fue menor al esperado debido a las medidas tomadas en materia de recaudación, contención del gasto y eficiencia, y a la aprobación de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas. Ver "Reforma fiscal, primer paso" y "Ambicioso plan de deuda externa"
La calificadora redujo de Ba2 a Ba1 las calificaciones del emisor de bonos a largo plazo y bonos senior no garantizados del Gobierno de Costa Rica, y cambió la perspectiva a negativa.
Según Moody's entre las principales determinantes de la rebaja figura el empeoramiento continuo y proyectado de las métricas de deuda en la parte posterior de grandes déficits a pesar de los esfuerzos de consolidación fiscal.
Fitch Ratings informó que el país está en observación y por ahora mantiene la calificación en BB, a la espera de lo que pase con la reforma fiscal y el pago de la deuda del gobierno a fin de año.
Mediante un comunicado Fitch Ratings, calificadora de riesgo estadounidense, informó el 15 de noviembre que Costa Rica estaría cerca de una rebaja de calificación soberana, debido a la situación que atraviesan las finanzas públicas del país.
La merma en la recaudación de impuestos, los compromisos de corto plazo del gobierno y la posibilidad de una reducción en la calificación de deuda son factores que agravan la situación fiscal de Costa Rica.
Según cifras del Ministerio de Hacienda durante los primeros nueve meses de este año la recaudación de impuestos del gobierno costarricense tuvo un leve aumento de 1% respecto a igual período del año anterior.
Moody’s colocó en revisión a la baja las calificaciones de emisor a largo plazo y las de los bonos no garantizados del gobierno de Costa Rica.
Ayer la calificadora de riesgo informó que las expectativas de un empeoramiento continuo de los indicadores fiscales y la evidencia de un aumento en las necesidades de financiamiento, son algunas de las razones detrás de la decisión de revisar la calificación de deuda del país.
El Banco Central explicó que el préstamo de corto plazo de casi $870 millones al Ministerio de Hacienda, no tendrá impacto sobre la inflación.
Del comunicado del Banco Central de Costa Rica:
25 de Septiembre 2018. De conformidad con lo que autoriza la legislación costarricense, la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) acordó, este martes 25 de setiembre de 2018, la adquisición de Letras del Tesoro, emitidas por el Ministerio de Hacienda, por un monto de ¢498.858,8 millones.
El aumento de la deuda interna a plazos inferiores a un año y la creciente alza en las tasas de interés, son parte de las amenazas que siguen enfrentando las finanzas públicas de Costa Rica.
Según la Memoria Anual de 2017 de la Contraloría General de la República, entre 2016 y 2017 el porcentaje de deuda interna a menos de un año subió de 15% a 18%, la tasa variable ascendió de 12% a 20%, y la tasa de interés en dólares creció desde 19% a 24%.