"La deuda pública en términos de promedio simple de la región centroamericana seguirá
creciendo hasta reportar un 43,1% del PIB en 2018, luego del 42,5% de 2017."
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) estima que para el presente año el tamaño del gasto público del Gobierno Central en relación al respectivo Producto Interno Bruto de cada país se ubicaráen 21,4% en Costa Rica, 20,4% en El Salvador, 20% en Honduras, 18,4% en Nicaragua, 17,6% en Panamá y 12,1% en Guatemala.
Como en los antiguos hogares patriarcales, si hay que sufrir, primero que sufran los entenados, y recién después, y solamente si es muy necesario, que sufran también los hijos legítimos.
EDITORIAL
El anuncio de la administración Solís de que tiene un plan B para el caso de no lograr la aprobación legislativa del aumento de impuestos que propuso para enfrentar el grave y creciente déficit fiscal, pone en evidencia la existencia en Costa Rica de ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
Mientras los países del Triángulo Norte se esfuerzan por reducir o al menos mantener constantes los niveles de deuda/PIB, Costa Rica y Panamá se alejan, el primero a mayor velocidad, de la disciplina fiscal.
Introducción del informe "Perfiles Macrofiscales: 4ta. edición", del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi):
En el campo de la priorización de la estabilidad económica, por encima de la disponibilidad de recursos para financiar el desarrollo, se encuentran los países del triángulo norte de Centroamérica que, en general, muestran un esfuerzo significativo para reducir o al menos mantener constantes los niveles de deuda/PIB y el déficit fiscal, lo que implica que, en forma tácita, se está utilizando la regla fiscal del crecimiento de la deuda pública igual a cero, a pesar del impacto que ello puede tener sobre el bienestar.
Muy oscuro es el futuro de un país donde los gobernantes no alzan la mirada más allá de los pocos años del mandato que le confieren los ciudadanos.
EDITORIAL
El presidente de Costa Rica prefiere las acciones de corto plazo para afrontar la crisis fiscal, mientras deja abierto el grifo de los salarios públicos de privilegio por el que se derrama el futuro de la nación.