Corrupción generalizada, debilidad institucional, disputas entre los países, y la resistencia a más impuestos, comprometen las posibilidades de éxito del plan y sus 22 proyectos.
La cumbre celebrada en Guatemala, en la que por primera vez desde el año 1856 los países centroamericanos acordaron combatir juntos, culminó con planes de acción en conjunto para la lucha contra el narcotráfico.
Desde El Salvador, el presidente de EE.UU., ofreció los fondos para financiar proyectos de seguridad en la región.
En referencia a la distribución de los fondos, el mandatario señaló que serán los países centroamericanos los que decidirán como invertir los fondos en función de las necesidades particulares de cada uno.
Laprensagrafica.com recoge declaraciones del mandatario estadounidense, Barack Obama, "Será un programa diseñado y liderado en Centroamérica por los gobiernos de la región... El énfasis es trabajar con un enfoque regional y los países centroamericanos deben ayudar a darle forma y diseñar cómo el dinero debería ser gastado."
La guerra abierta desatada en Jamaica para impedir la detención de un capo narcotraficante, es ejemplo de lo que sucederá pronto en América Central.
Un artículo de Joaquín Villalobos en Elpais.com de Madrid, señala a Honduras, El Salvador y Guatemala como los países del istmo más complicados por la instalación de los narcotraficantes en sus territorios, con su secuela de violencia y corrupción, señalando un destino de "estados fallidos" para esas naciones.