Baja calidad educativa, procesos de contratación docente obsoletos y falta de aplicación universal de los nuevos programas educativos, son algunos de los factores que amenazan el futuro de la educación pública en Costa Rica.
"La educación es el movimiento de la oscuridad a la luz", decía el filósofo estadounidense Allan Bloom. Los resultados del más reciente informe preparado por el Programa Estado de la Nación, revelan que en materia de educación pública, Costa Rica parece estar en penumbras.
En Costa Rica, "de los 126.000 graduados con título que dice técnico, entre 2014 y 2016, la gran mayoría fueron en el nivel más bajo de calificación."
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Las cifras del más reciente Estado de la Educación en Costa Rica, siguen mostrando las graves deficiencias del sistema educativo, no solo a nivel técnico y universitario, sino, peor aún, en Primaria, donde se supone que deben consolidarse los conceptos básicos que sirven de cimiento para la educación secundaria y universitaria.
Centroamericanos y demás latinoamericanos viven más preocupados por lo que puede decir o hacer Trump, que por lo único que realmente puede cambiar el destino de pobreza de la región, que es la educación.
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Los resultados recién publicados de las pruebas PISA confirman que, en el mejor de los casos, los países latinoamericanos mantienen las posiciones de media tabla hacia abajo en el concierto mundial, y en el peor, se decae en esa medición objetiva de la calidad del más importante recurso para el desarrollo económico y social, la gente y su capacidad cognitiva.
Adoptar las pruebas PISA como herramienta base de la gestión de los sistemas educativos es imprescindible si se quiere superar las fronteras del subdesarrollo.
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No es infrecuente escuchar de boca de funcionarios de las corporaciones educativas latinoamericanas, que el sistema de evaluación PISA es "injusto", porque compara con los resultados que se obtienen en los países avanzados.
Más empleos y menos pobreza es el estribillo de los políticos centroamericanos, mientras hablan poco o nada de educación, sin la cual no hay empleo ni generación de riqueza.
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Incluso en Costa Rica, que gracias a su sistema educativo alcanzó durante el siglo pasado niveles de desarrollo superiores a los de sus vecinos, el tema educación no es prioritario en la campaña electoral en curso, pese a que a ojos vistas la educación pública costarricense pierde cada vez más alumnos, ya que los padres optan cada vez más por las escuelas y colegios privados al intentar asegurar un futuro digno para sus hijos.
Mientras en resto del mundo la norma es la vinculación estrecha entre el sector privado y el académico, en la región persisten viejos mitos ideológicos que afectan negativamente el desarrollo.
Al inaugurar en El Salvador el II Congreso Nacional de Educación Superior titulado “Vinculación de la Educación Superior con el Mundo Laboral”, el ministro de Educación, Franzi Hato Hasbún, señaló la necesidad de "llevar a cabo un proceso de conexión entre empresa y universidad, incentivando tres aspectos fundamentales: investigación, innovación y superación de proyecciones sociales."
En CADE 2012 se analizará la sinergia entre educación y economía, porque para tener crecimiento económico sostenido es necesario educación con calidad y énfasis en las exigencias del mercado laboral.
CADE es un cónclave o reunión cumbre anual de ejecutivos y empresarios en general que reúne a todos los miembros de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE), con participación activa de todos sus Capítulos y cuyo propósito principal es discutir, analizar y buscar soluciones a los problemas nacionales.
El joven latinoamericano promedio no cuenta con las capacidades mínimas para resolver problemas básicos de la vida real.
Del resumen ejecutivo del libro "Desconectados: Habilidades, educación y empleo en América Latina":
"..la transición de la escuela al trabajo para los jóvenes de hoy es más difícil que para sus pares de hace apenas unas décadas. Las habilidades adquiridas en la secundaria son menos valoradas por los empleadores, como lo demuestra la importante caída registrada en la prima pagada a estos trabajadores vis a vis aquellos con menores niveles de educación."
Una nueva encuesta mundial revela que, sorprendentemente, los latinoamericanos están mucho más satisfechos con la educación pública de sus países que la gente de otras regiones que obtienen mucho mejores resultados en los exámenes estudiantiles y en los rankings universitarios.
Cuando se les preguntó a los encuestados si estaban satisfechos con el sistema de educación pública de sus países --incluyendo las escuelas primarias, las secundarias y las universidades-- la respuesta fue enormemente positiva.
A diferencia de lo que ocurría antaño, hoy en día, en prácticamente todos los países, se alude a la “educación pública” y a la “privada”.
A diferencia de lo que ocurría antaño, hoy en día, en prácticamente todos los países, se alude a la “educación pública” y a la “privada”. Ambas clasificaciones son falsas. En el primer caso es para ocultar la desagradable expresión de “educación estatal” (puesto que la educación que se ofrece en el ámbito privado es también para el público), tan bochornosa como la prensa estatal o la literatura estatal. En el segundo caso, allí donde existen ministerios o secretarías de educación y otras reparticiones igualmente absurdas cuya misión es imponer pautas, programas o textos, la llamada educación privada no es propiamente tal. En esa esfera solo es posible decidir la edificación del campus, el color de los uniformes y temas análogos, pero el producto que allí se expende proviene de las resoluciones de la burocracia, ergo la institución es de facto estatal aunque de jure aparezca como privada.