Con la aplicación de la regla fiscal, en Costa Rica para el 2020 el crecimiento del gasto corriente en los presupuestos ordinarios de las entidades del Sector Público no Financiero, no podrá sobrepasar el 4,67%.
La administración Alvarado celebra la aprobación de la reforma fiscal en Costa Rica anunciando una serie de iniciativas que contemplan, entre otras cosas, un proyecto de reforma del empleo público.
Luego de un año de trámite en el Congreso y después de haber sido revisado por una Sala Constitucional, finalmente fue aprobado por la Asamblea del país el expediente 20.580.
Aunque insuficiente, el paquete de medidas de contención del gasto de gobierno que propone la administración Alvarado es un buen primer paso en el camino a seguir para resolver la delicada situación fiscal de Costa Rica.
La ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, presentó ante la Asamblea Legislativa un plan de contención del gasto gubernamental que contempla, entre otras medidas, decretar "... semestralmente un mismo monto fijo de incremento salarial para cada funcionario del Gobierno, suma que pretende evitar un crecimiento exponencial de la masa salarial y proteger los salarios más bajos. Se calculará como el resultado de aplicar el porcentaje del costo de vida al salario base más bajo. El impacto anual de esta medida se estima en ¢12.600 millones ($22 millones) incluyendo cargas sociales, cifra equivalente a la suma de los presupuestos ejecutados por el Ministerio de Comercio Exterior y Presidencia en el 2017."
Al cierre del primer trimestre de este año el déficit financiero aumentó a 1,5% del PIB, desde 1,3% reportado al mismo periodo de 2017, acompañado de una desaceleración de los ingresos tributarios.
Según el ministerio de Hacienda "... Los resultados fiscales al cierre del primer trimestre de marzo evidencian, una vez más, la necesidad de contar con una reforma estructural que permita aumentar ingresos y desacelerar el crecimiento del gasto público, objetivo que busca el Proyecto de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas."
El propio ministro de Hacienda califica como "frágil e insostenible" la situación financiera del Estado costarricense.
El editorial en Elfinancierocr.com destaca que "Los próximos meses de la gestión de Ayales al frente de las finanzas públicas serán muy difíciles por cuatro razones."
Entre esas razones está la coyuntura político electoral, que asegura el incremento del gasto público, por la necesidad de concretar por lo menos algunos proyectos antes de finalizar el actual mandato, y en especial por la acción de los grupos de presión en demanda de concesiones del gobierno.
Mientras a mayo los ingresos de Hacienda crecieron un 10% interanual, los gastos del Gobierno Central aumentaron el 13,1%.
“Los ingresos de Hacienda crecieron un 10% interanual a mayo, impulsados especialmente por la recaudación del impuesto sobre la renta, tributo que registró un crecimiento interanual de 11,7% en mayo”, reseña el artículo de Elfinancierocr.com.
En julio la diferencia entre ingresos totales y gastos corrientes fue de $87 millones. El déficit no contempla gastos de intereses por servicio de deuda, y suma en el año $527 millones, 17.7% más que el registrado a julio del 2010.
Del comunicado de prensa de ALDESA:
Los datos a julio de los ingresos y gastos del Gobierno Central son poco alentadores y continúan mostrando la nociva existencia de un déficit primario.
Grecia acumulaba un 13% de déficit y hoy hace temblar las bolsas de todo el mundo. El déficit de Costa Rica podría llegar al 10% a finales del 2011.
Las amas de casa lo saben, pero los gobernantes lo olvidan: no se debe gastar más de lo que se gana, regla de oro de la buena administración y también de la honestidad. Porque es muy fácil gastar sin recato en año electoral, y heredarle al gobierno siguiente un problema que es muy difícil de solucionar sin causar graves tensiones sociales. A lo que está pasando en las calles de Grecia hoy en día nos remitimos.
Las finanzas públicas costarricenses pasaron demasiado rápidamente de exhibir superávit, a un déficit del 4% con tendencia a crecer.
Un primer análisis de la situación señala que el problema no está en los ingresos del fisco de Costa Rica, que se han mantenido estables en términos reales, sino en el crecimiento que han registrado los gastos corrientes, en especial desde agosto de 2008.