Determinar qué disciplinas profesionales prefieren estudiar las personas e identificar si están interesadas en diplomados, certificaciones, licenciaturas, maestrías o cursos cortos, son objetivos que pueden alcanzarse por medio de la aplicación de metodologías innovadoras basadas en el análisis de grandes volúmenes de datos.
Aunque el proceso de migración a la educación en línea ya venía avanzando desde varios años atrás, en los últimos meses y a raíz de los cambios en los hábitos de las personas, la demanda de servicios de capacitación a distancia creció exponencialmente y en consecuencia también aumentaron las búsquedas en Internet de programas de estudios.
Ofrecer programas cortos de máximo cuatro semanas, en temas como ecoturismo, agricultura sostenible, entre otros, es una de las oportunidades que podrían aprovechar las instituciones educativas de la región.
Si bien las universidades también presentan oportunidades para los cursos cortos, los “Colleges” al ofrecer carreras o cursos más cortos, de 1 a 2 años, pueden tener más opciones para ofrecer, dentro de su currícula, cursos cortos (máximo 4 semanas) de otras instituciones, destaca un estudio elaborado por Procomer Costa Rica.
En lo que va del año en los mercados de Centroamérica el interés por servicios de educación a distancia reportó un claro repunte, siendo Guatemala, Costa Rica, Panamá y Honduras, los países que registraron los mayores incrementos en las interacciones asociadas al tema.
A través de un sistema que monitorea en tiempo real los cambios en los intereses y preferencias de los consumidores en los países de Centroamérica, desarrollado por el Área de Inteligencia Comercial de CentralAmericaData, es posible proyectar tendencias de demanda a corto y largo plazo, para los diferentes productos, sectores y mercados que operan en la región.
Carreras universitarias más cortas que se enfoquen en áreas técnicas y en los nuevos requerimientos del sector productivo, son algunas de las transformaciones que serán parte de la nueva realidad del negocio de la educación.
En este contexto de cambios radicales generados por la crisis del covid19, las nuevas tendencias laborales requerirán el desarrollo de competencias, como emprendimiento, agilidad, adaptabilidad y mentalidad de servicio, competencias digitales, alimentación, teletrabajo y negocios desarrollados desde el hogar, salud e higiene, comercio electrónico, nuevos modelos de distribución y logística, tecnologías de la información y robótica.
La crisis sanitaria y económica ha obligado a los colegios y las universidades privadas de los países centroamericanos, a recortar personal, invertir en plataformas para impartir clases virtuales, ofrecer facilidades de pago y aumentar su presencia en el entorno digital.
A causa de la propagación del covid19, en la mayoría de países de la región desde mediados de marzo de 2020 se suspendieron las clases presenciales en todos los niveles educativos.
En Centroamérica más de 17 millones de personas están buscando adquirir servicios educativos por Internet, y el 9% de estos consumidores, explora opciones para comprar cursos de idiomas.
El sistema interactivo de información desarrollado por CentralAmericaData, monitorea en tiempo real los cambios de hábitos de los consumidores de todos los mercados de la región, con información fundamental para entender el nuevo entorno comercial que ha surgido de forma acelerada.
La última evaluación del PISA confirma que Costa Rica, Panamá y República Dominicana, únicos países de la región que figuran en su ranking, distan del promedio de resultados obtenidos por el grupo de naciones integrantes de la OCDE.
Aunque en los últimos diez años el gasto promedio por cada estudiante de primaria y secundaria aumentó cerca de 15% en los países de la OCDE, la mayoría de sus estados no reportan avances significativos en materia educativa.
A pesar de que Costa Rica invierte casi el 7% del PIB en educación, la eficiencia del gasto está entre las peores, cuando se compara con otros países a nivel global.
En su Memoria Anual 2018, la Contraloría de la República de Costa Rica realizó un análisis de la inversión que realiza el Estado en educación pública versus la eficiencia del gasto, que se mide en el desarrollo de las habilidades de la población estudiantil.
Centroamericanos y demás latinoamericanos viven más preocupados por lo que puede decir o hacer Trump, que por lo único que realmente puede cambiar el destino de pobreza de la región, que es la educación.
EDITORIAL
Los resultados recién publicados de las pruebas PISA confirman que, en el mejor de los casos, los países latinoamericanos mantienen las posiciones de media tabla hacia abajo en el concierto mundial, y en el peor, se decae en esa medición objetiva de la calidad del más importante recurso para el desarrollo económico y social, la gente y su capacidad cognitiva.
Pese a su desarrollo en países de avanzada, entre ellos las socialdemocracias más consolidadas, la educación dual es frontalmente rechazada por quienes siempre se verán amenazados por cualquier cambio.
EDITORIAL
Tal como ocurre con los sindicatos de la educación en toda Latinoamérica, donde es imperiosa la necesidad de cambios radicales en sistemas educativos que cada vez están más retrasados con respecto al resto del mundo, en Costa Rica la corporación de trabajadores de la enseñanza se opone radicalmente a cualquier cambio, incluso a aquellos que han sido probados con éxito en naciones con sistemas políticos enfocados en el bienestar social como las social democracias europeas, como lo es el de la educación dual.
Un proyecto de ley del Ministerio de Educación propone fiscalizar la calidad de las carreras impartidas por los centros privados y obligarlas a revisar sus planes de estudio cada cinco años.
Del comunicado de la Presidencia de Costa Rica:
Gobierno propone reformas a ley que regula la educación superior privada
· MEP impulsa cambios para elevar la calidad del servicio educativo y mejorar los procesos administrativos a cargo del CONESUP
El desempleo llega al 10% en una población donde el 60% de los trabajadores no completó la secundaria, pero los educadores se niegan a que se evalúe su capacidad en las materias que enseñan.
EDITORIAL
Un artículo en Nacion.com cita declaraciones de Víctor Morales, Ministro de Trabajo, sobre el aumento del desempleo en Costa Rica: "... Hay un desajuste entre la oferta y la demanda del sector empresarial. Hay una demanda de técnicos calificados; pero la mayoría de la mano de obra costarricense es no calificada. El 60% no tiene secundaria completa; es un drama nacional."
En Costa Rica el aumento del 14% en los fondos de las universidades estatales generó discusión incluso a la interna del sector, sobre en cuales etapas de la educación la inversión produce mejores resultados económicos y más justicia social.
EDITORIAL
El analista Francisco Villalobos en su artículo en Crhoy.com reseña los datos de la inversión que debe realizar una familia clase media en la educación de sus hijos, y señala "que el aumento presupuestario que exigimos los universitarios debe dirigirse a la educación primaria y secundaria y entonces el Estado apoyaría a las familias cuando más necesitan su apoyo."
Adoptar las pruebas PISA como herramienta base de la gestión de los sistemas educativos es imprescindible si se quiere superar las fronteras del subdesarrollo.
EDITORIAL
No es infrecuente escuchar de boca de funcionarios de las corporaciones educativas latinoamericanas, que el sistema de evaluación PISA es "injusto", porque compara con los resultados que se obtienen en los países avanzados.
Más empleos y menos pobreza es el estribillo de los políticos centroamericanos, mientras hablan poco o nada de educación, sin la cual no hay empleo ni generación de riqueza.
EDITORIAL
Incluso en Costa Rica, que gracias a su sistema educativo alcanzó durante el siglo pasado niveles de desarrollo superiores a los de sus vecinos, el tema educación no es prioritario en la campaña electoral en curso, pese a que a ojos vistas la educación pública costarricense pierde cada vez más alumnos, ya que los padres optan cada vez más por las escuelas y colegios privados al intentar asegurar un futuro digno para sus hijos.