Por factores como el cierre de empresas y falta de oportunidades, se estima que a Honduras y El Salvador la actividad delictiva les representa un costo de 16% del PIB, y en el caso de Guatemala, sus pérdidas podrían ascender a 7% de su producción.
En América Central, los costos humanos de la delincuencia siguen siendo de los más elevados del mundo. En El Salvador, Guatemala y Honduras, países que integran el denominado Triángulo Norte, se registran alrededor del 4,5% de los homicidios en todo el mundo a pesar de tener solamente alrededor del 0,4% de la población mundial, precisa un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El fenómeno afecta a gran parte de América Latina, cuyos países destinan en promedio el 8% de su producto bruto a costos de seguridad.
Esa fue la conclusión a la que se llegó durante el foro “Conectando las empresas como socios para la prosperidad con seguridad en las Américas”, organizado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el sector privado, en el marco del Guatemala Investment Summit.
Mientras otros países centroamericanos preparan impuestos para combatir la inseguridad, en Nicaragua afirman que no es conveniente.
El presidente de Guatemala, Alvaro Colom, propuso a sus pares del istmo la creación de un impuesto regional específico para combatir el crimen organizado y la violencia que genera.
Aunque la propuesta no prosperó en la reunión del Consejo de Ministros de Hacienda o Finanzas de Centroamérica, tanto Costa Rica, El Salvador y Honduras están trabajando en la implementación de tributos nacionales para sus propios planes de seguridad.
Corrupción generalizada, debilidad institucional, disputas entre los países, y la resistencia a más impuestos, comprometen las posibilidades de éxito del plan y sus 22 proyectos.
La cumbre celebrada en Guatemala, en la que por primera vez desde el año 1856 los países centroamericanos acordaron combatir juntos, culminó con planes de acción en conjunto para la lucha contra el narcotráfico.
Desde El Salvador, el presidente de EE.UU., ofreció los fondos para financiar proyectos de seguridad en la región.
En referencia a la distribución de los fondos, el mandatario señaló que serán los países centroamericanos los que decidirán como invertir los fondos en función de las necesidades particulares de cada uno.
Laprensagrafica.com recoge declaraciones del mandatario estadounidense, Barack Obama, "Será un programa diseñado y liderado en Centroamérica por los gobiernos de la región... El énfasis es trabajar con un enfoque regional y los países centroamericanos deben ayudar a darle forma y diseñar cómo el dinero debería ser gastado."
El sector empresarial centroamericano demandó a los gobiernos mecanismos claros para combatir la inseguridad de la región.
El presidente de la Federación de Entidades Privadas de Centroamérica, Panamá y República Dominicana (Fedepricap), Carlos Amador, señaló, "Centroamérica es amenazada por el narcotráfico, las pandillas y el crimen organizado transnacional, y para ayudar a combatir esos problemas es necesaria la unión del Istmo."
La cumbre del Sistema de la Integración Centroamericana acordó un plan de relanzamiento del proceso de integración, centrado en la lucha contra la violencia y la criminalidad.
El capítulo Seguridad Democrática encabeza el Plan de Acción suscrito por los mandatarios centroamericanos, previendo reuniones intersectoriales de los responsables de seguridad y defensa de la región para el segundo semestre del 2010, así como la obtención de los recursos humanos, financieros y tecnológicos para el desarrollo de una estrategia de seguridad para Centroamérica.
El entrenamiento de los ejecutivos viajeros para hacer frente a situaciones de violencia, parece ser requisito previo a tomar el avión.
Las oportunidades de negocios no siempre se dan cruzando la calle. Ya no es tan fácil encontrarlas sin que sea necesario viajar, a menudo a territorios donde los riesgos para la seguridad personal son elevados. Como los centroamericanos lo sabemos bien, estos lugares muchas veces no están a miles de kilómetros, sino que alcanza con equivocar la ruta desde una oficina a otra dentro de una ciudad, para encontrarse súbitamente en tierra de nadie, expuestos a asalto o secuestro.