El mercado laboral reporta un cambio estructural, pues cada vez son menos las personas que su trabajo les es remunerado por medio de un salario fijo y en simultáneo se incrementa el número de empleados que ganan por proyecto ejecutado.
Aunque el fenómeno se viene reportando desde hace varios años a nivel global, la pandemia aceleró este proceso, ya que la crisis económica generada por el brote del Covid19 destruyó miles de empleos formales.
En noviembre de 2020 el número de trabajadores afiliados al Seguro Social ascendió a 714.540, 3% menos que en igual período de 2019, caída que se registra en el contexto de la crisis económica que viene desde 2018 y que se agravó por el brote de covid19.
Las actividades que mostraron las disminuciones más pronunciadas interanuales en la cantidad de afiliados fueron agricultura, silvicultura, caza y pesca con 7%, y comercio con 5%.
En agosto de este año el número de trabajadores afiliados al Seguro Social ascendió a 695.867, 4% menos que en igual período de 2019, caída que se registra en el contexto de la crisis económica que viene desde 2018 y que se agravó en 2020 por el brote de covid19.
Las actividades que mostraron disminuciones interanuales en la cantidad de afiliados fueron: el sector comercio (-8,2%), industria manufacturera (-5,3%), financiero (-3,2%), y servicios comunales, sociales y personales (-3,4%), entre otros.
Ante el abrupto cambio que generó en las empresas la nueva normalidad, los colaboradres enfrentan el reto de aumentar sus habilidades para trabajar a distancia, adaptarse a contratos más flexibles y afinar sus destrezas tecnológicas y cualidades cognitivas.
El trabajo a distancia o remoto, se ha vuelto cotidiano entre las compañías de la región, que se han tenido que acomodar a las restricciones impuestas por los gobiernos, a causa del brote de covid19.
En el contexto de la crisis sanitaria y económica que vive el país, alrededor del 54% de las empresas del país han suspendido labores por falta de demanda en el mercado.
Los resultados de una encuesta realizada por el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), precisan que en este escenario de contracción de la actividad económica, en el mercado nicaragüense el 33% de las empresas encuestadas han tenido que despedir trabajadores y hay un 40% que está pensando también en despedir trabajadores.
Ante la amenaza de la profundización de la recesión económica en el país, derivado del brote de covid19, se estima que al cierre del año la tasa de desempleo abierto podría subir hasta 9,2%.
En el contexto de la crisis sanitaria también se reportará un aumento en los niveles de pobreza, y mermaría el indicador de PIB per cápita, explica el "Informe de Coyuntura, Abril 2020", elaborado por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Empresarios del sector industrial en Nicaragua aseguran que desde que se implementó la reforma tributaria en el primer trimestre del año, el empleo ha caído entre 30% y 35%.
El 27 de febrero de 2019 fue aprobada la reforma a Ley de Concertación Tributaria, que consiste en subir de 1% a 2% el impuesto sobre la renta para las empresas medianas de mayor renta.
En los últimos años el sector en Guatemala ha perdido cerca de 30 mil empleos, pues los altos costos que resultan de tener uno de los salarios mínimos más elevados de la región, ocasiona que sea más rentable sólo exportar materia prima, en vez de confeccionarla en el país.
Las cifras de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex) evidencian que en los últimos años se han perdido varios empleos en el sector, dado que entre 2006 y 2018 la industria a perdido un considerable número de puestos de trabajo, pues pasó de 82.109 a 53.636 plazas, lo que equivale a una merma de 35%.
La baja en el número de empresas en las zonas francas de Nicaragua explica en parte la pérdida de cerca de 1.700 puestos de trabajo en los primeros dos meses del año.
Cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN) precisan que entre diciembre de 2018 y febrero de 2019, el número de trabajadores disminuyó en 1.697, al pasar de 125.550 a 123.853.
El número de empresas en zonas francas también disminuyó en el inicio el año a la baja, al pasar de 194 en diciembre de 2018 a 187 en febrero de 2019.
Debido a que en Guatemala no existe aun un reglamento para el empleo a tiempo parcial, los empresarios del sector textil estiman que el país pierde entre 40 y 70 mil plazas de trabajo.
Para los representantes de la Comisión de Vestuario y Textil (Vestex), los altos costos de operación y mano de obra que hay en Guatemala, ocasiona que los empresarios envíen piezas cortadas a Honduras, El Salvador y Nicaragua para ser ensambladas.
Fuerte caída de la actividad productiva, salida de inversiones y la desaparición de miles de empleos formales, son algunas de las consecuencias a un año de la crisis política y económica en Nicaragua.
En marzo de 2018 en CentralAmericaData reportábamos las cifras que reflejaban el boom económico que vivía Nicaragua: el empleo formal crecía a un ritmo interanual cercano al 3%, la actividad económica cada mes registraba tasas de crecimiento interanual de entre 4% y 5%, mientras el consumo y las importaciones crecían. Solo un mes después, el viernes 19 de abril, se desencadenó una serie de hechos que determinaron un cambio radical en la tendencia que se observaba hasta entonces. El anuncio de la reforma del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social fue el detonante de una crisis social, política y económica, que el país sufre hasta ahora.
En línea con las disminuciones reportadas el año pasado, en febrero 2019 se registró la afiliación de 755.908 trabajadores al seguro social, 17% menos que en igual mes de 2018.
La reducción en la cantidad de trabajadores inscritos en el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) se explica por el comportamiento del nivel de empleo en las actividades de comercio, construcción, financiero y transporte, almacenamiento y comunicaciones, informó el Banco Central de Nicaragua (BCN).
La informalidad, el acceso a servicios sociales y la educación permanente, son algunos de los aspectos en los que deben enfocarse las economías de la región para mejorar la condiciones del mercado laboral.
Representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentaron en San José, Costa Rica, el reporte "Trabajar para un futuro más prometedor", elaborado por la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo, el cual describe los factores que afectan al trabajo en los países de la región.
Entre diciembre de 2017 y el mismo mes del año pasado el número de trabajadores afiliados al Seguro Social cayó 17%, debido al impacto de la crisis que afecta al país desde abril del año pasado.
El último reporte del Banco Central de Nicaragua (BCN) detalla que entre el último mes de 2017 y diciembre del año pasado la cantidad de trabajadores afiliados al Seguro Social pasó de 913.797 a 755.874, lo que equivale a una caída de 17%.
A pesar de la ubicación y los beneficios fiscales que en algunos casos ofrecen los países de la región, la falta de formación de la población será el principal obstáculo para seguir atrayendo grandes inversiones.
La falta de garantía de encontrar el capital humano competente y sostenible necesario para la adecuada operación de las empresas, es un tema que influye negativamente en la atracción de inversiones importantes en Centroamérica.
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