“No reconocer el proceso electoral ni al futuro presidente sería hacerle mucho daño al pueblo hondureño, que ya ha sufrido bastante y no se lo merece” Oscar Arias, Presidente de Costa Rica y gestor del Pacto de San José.
En una conferencia de prensa durante la XIX Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de gobierno que se está llevando a cabo en Portugal, el presidente costarricense señaló la "doble moral" con que la comunidad internacional está tratando el tema de la crisis política en Honduras, instando al reconocimiento de las elecciones llevadas a cabo ayer en el país centroamericano, que dieran por ganador al candidato opositor Porfirio Lobo.
Puesta al día del análisis de la situación del conflicto hondureño, en artículo donde el reloj corre en contra de Zelaya.
En artículo en América Economía, muy interesante tanto en su contenido como en su peculiar presentación gráfica, Rodrigo Lara nos presenta doce puntos que resumen las circunstancias actuales de la crisis política en Honduras, y sus reflejos en la región.
En Honduras fracasó la diplomacia latinoamericana, inflexible e incapaz, habilitando la intervención del único país con capacidad de forzar un acuerdo.
El pacto negociado por el Asistente de la Secretaría de Estado, Thomas Shannon, fue un testimonio de la considerable influencia que Washington todavía tiene en América Latina, a pesar de los intentos verbales de Chávez y otros líderes de la región para socavar esa influencia.
En simposio internacional en Rep.Dominicana, se señaló "el riesgo de la utilización del poder democrático para dar golpes desde el Estado".
Analistas internacionales y destacados políticos y funcionarios de gobiernos latinoamericanos, reunidos en el Coloquio Internacional "XXX años de Democracia: Democracia, Crecimiento con Equidad y Cohesión Social en América Latina”, debatieron sobre los nuevos problemas que para las democracias representa el "abuso del tiempo de permanencia en el poder, y la situación de las minorías".
El editorial de Nacion.com señala que "si todo se queda en poses, en reacciones airadas y en exacerbación de la inflexibilidad, la presencia de Zelaya puede ser el detonante que faltaba para la violencia."
"Ningún arreglo será posible, a menos que, en primer lugar, los países democráticos de América Latina neutralicen la acción distorsionante del gobierno de Hugo Chávez, de modo que las iniciativas diplomáticas no respondan a propósitos ideológicos, sino a verdaderos objetivos democráticos. Pero no basta con esto. También se necesita una posición tan activa como constructiva de Brasil, país de gran importancia, al que, con consentimiento oficial o sin él, Zelaya precipitó en la vorágine; una acción bien orientada de Estados Unidos, que pueda actuar como factor de presión sobre el gobierno de Roberto Micheletti y de moderación sobre los latinoamericanos; una insistencia en el “Acuerdo de San José” como referencia para el arreglo, pero con voluntad de transformarlo según las circunstancias, y un sentido de límite y mesura por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), que hasta ahora ha actuado de forma errática y muy poco constructiva."
El Presidente Micheletti reafirmó ante la comisión de cancilleres de la OEA, la voluntad de Honduras de llevar a cabo elecciones en noviembre.
El presidente Micheletti expresó, según detalla BBC Mundo, que las elecciones del 29 de noviembre se celebrarán "nos reconozcan los países del mundo o no nos reconozcan. No tenemos miedo al embargo de nadie. Podemos salir adelante sin el apoyo de ustedes", añadió en diálogo con los cancilleres, en alusión a la decisión de algunos gobiernos de romper relaciones con Honduras y cancelar acuerdos con el país.
Mario Vargas Llosa escribe sobre la grave situación política hondureña con su acostumbrada objetividad y capacidad analítica.
El escritor peruano nos trae una visión crítica de las posiciones de los dos bandos en pugna, arribando a un esbozo de solución similar al planteado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
"Despertar a un presidente constitucionalmente elegido a punta de bayonetas y enviarlo al exilio sin darle tiempo siquiera a cambiarse el pijama, como hicieron los militares hondureños con Manuel Zelaya, es un acto de barbarie política y resulta..."