En Honduras fracasó la diplomacia latinoamericana, inflexible e incapaz, habilitando la intervención del único país con capacidad de forzar un acuerdo.
El pacto negociado por el Asistente de la Secretaría de Estado, Thomas Shannon, fue un testimonio de la considerable influencia que Washington todavía tiene en América Latina, a pesar de los intentos verbales de Chávez y otros líderes de la región para socavar esa influencia.
El editorial de Nacion.com señala que "si todo se queda en poses, en reacciones airadas y en exacerbación de la inflexibilidad, la presencia de Zelaya puede ser el detonante que faltaba para la violencia."
"Ningún arreglo será posible, a menos que, en primer lugar, los países democráticos de América Latina neutralicen la acción distorsionante del gobierno de Hugo Chávez, de modo que las iniciativas diplomáticas no respondan a propósitos ideológicos, sino a verdaderos objetivos democráticos. Pero no basta con esto. También se necesita una posición tan activa como constructiva de Brasil, país de gran importancia, al que, con consentimiento oficial o sin él, Zelaya precipitó en la vorágine; una acción bien orientada de Estados Unidos, que pueda actuar como factor de presión sobre el gobierno de Roberto Micheletti y de moderación sobre los latinoamericanos; una insistencia en el “Acuerdo de San José” como referencia para el arreglo, pero con voluntad de transformarlo según las circunstancias, y un sentido de límite y mesura por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), que hasta ahora ha actuado de forma errática y muy poco constructiva."
El Presidente Micheletti reafirmó ante la comisión de cancilleres de la OEA, la voluntad de Honduras de llevar a cabo elecciones en noviembre.
El presidente Micheletti expresó, según detalla BBC Mundo, que las elecciones del 29 de noviembre se celebrarán "nos reconozcan los países del mundo o no nos reconozcan. No tenemos miedo al embargo de nadie. Podemos salir adelante sin el apoyo de ustedes", añadió en diálogo con los cancilleres, en alusión a la decisión de algunos gobiernos de romper relaciones con Honduras y cancelar acuerdos con el país.