Debido a que a raíz de la pandemia las formas de cumplir con las tareas han variado y el teletrabajo ha ganado terreno en todos los mercados, la flexibilidad en cuanto a dónde y cuándo se labora será uno de los factores que más valorarán los empleados en esta nueva realidad.
Las amenazas que representan el asistir a centros de trabajo a causa de la propagación de la Covid19, provocó que las empresas a nivel global buscaran nuevas formas de trabajo. La mayoría de equipos optó por readecuar sus dinámicas y se enfocaron en fomentar el trabajo a distancia.
A pesar que trabajar desde la casa es considerado un incentivo no salarial por la flexibilidad y beneficios que brinda al empleado, esta modalidad de trabajo aún no es tendencia para las empresas en Guatemala.
Implementar el trabajo desde casa o home office, es una modalidad cada vez más frecuente entre ejecutivos y profesionales que ven los beneficios que proporciona el teletrabajo.
Empresarios de Centroamérica y República Dominicana piden que no se ratifique el Convenio 190 de la OIT, argumentando que en los países ya existe normativa para regular acciones en materia de violencia y acoso en ambientes laborales.
La Federación de Entidades Privadas de Centroamérica, Panamá y República Dominicana (Fedepricap), por medio de un comunicado de fecha 9 de agosto informó que acordaron solicitar a los gobiernos "... la no ratificación del Convenio 190 de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), sobre el cual ya había un pronunciamiento en contra por parte de los empleadores, lo anterior con el propósito de no perjudicar la generación de empleos."
Debido a que en Guatemala no existe aun un reglamento para el empleo a tiempo parcial, los empresarios del sector textil estiman que el país pierde entre 40 y 70 mil plazas de trabajo.
Para los representantes de la Comisión de Vestuario y Textil (Vestex), los altos costos de operación y mano de obra que hay en Guatemala, ocasiona que los empresarios envíen piezas cortadas a Honduras, El Salvador y Nicaragua para ser ensambladas.
El concepto protege a los que trabajan en el Estado o en una empresa formal, al precio de la exclusión de los que buscan empleo y, en especial, de los jóvenes.
OPINIÓN
Jorge Cobas González
En Francia, país caracterizado por ser uno de los más avanzados en protección a los trabajadores, el péndulo de la historia está cambiando el sentido de su movimiento, acatando las exigencias de la realidad: la competitividad de las economías se basa en la eficiencia con que se utilizan sus recursos. Y en la Era del Conocimiento, el factor humano es el primero que considerar en tal sentido.
El creciente uso de las redes sociales virtuales potencia la necesidad de la empresas de regular el acceso a Internet por parte de sus empleados.
Por lo demás, un uso adecuado de las redes sociales puede beneficiar a las empresas, en especial en temas de mercadeo.
El artículo de Osvaldo Madriz Ramírez, de BDS Asesores, analiza el tema y las posibilidades legales que tienen las empresas para regular el uso de Internet que hacen sus funcionarios en horas laborales, y sus facultades para sancionar la indisciplina al respecto.
Latinoamérica representa una mezcla compleja y diversa de normas laborales que implican un reto para las empresas con actividad regional.
Temas como jornadas de trabajo, horarios, pago de jornada extraordinaria y ni qué decir sobre las distintas formas de pago del salario son temas del día a día para estas empresas.
La interpretación de esas normas y su adaptación al pago periódico de los salarios normalmente es un tema que se asume a lo interno de las empresas, departamentos de recursos humanos y financieros son recargados con la importante misión de encontrar el correcto tratamiento de esos y muchos otros más temas relacionados con la nómina.