Urge la mejora de los métodos de producción ganadera para afrontar la inminente competencia en Centroamérica de la ganadería norteamericana.
El posible ingreso de carne de res de EE.UU. a Centroamérica preocupa a los exportadores de carne nicaragüenses donde se continúa produciendo como hace 200 años.
“Es importante introducir ganadería, prácticamente estamos produciendo igual que hace 200 años, esto está pasando producto de la pérdida de competitividad de Centroamérica en las exportaciones de carne”, dijo Juan Sebastián Chamorro, presidente de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne).
La industria cárnica nicaragüense aún no tiene claros los requisitos que debe cumplir para obtener las certificaciones que exige el mercado europeo.
Para que los productos nicaragüenses lleguen al mercado europeo, se debe cumplir con obtener certificaciones sanitarias y de calidad, no solo por parte de los ganaderos, sino también de las autoridades agropecuarias.
Nicaragua necesitará un mínimo de un año para tener en marcha un sistema adecuado de trazabilidad que le permita exportar carne a Europa.
“Primero tiene que venir la certificación de Europa, que diga que acepta nuestro sistema de trazabilidad, y tenemos que estar preparados (para exportar) para cuando venga”, dijo el presidente de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), Juan Sebastián Chamorro.
Canicarne reclama la derogación del decreto que establece un precio fijo de $250 para las reses que pesan entre 250 y 350 kilos, lo que favorece su exportación en pie.
De acuerdo con la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne), los mataderos están trabajando a media capacidad y demandan la derogación del decreto interministerial Mific-Magfor 027-2007, pues consideran que estimula la evasión fiscal en las exportaciones de ganado vivo.