New Holland, empresa dedicada a la fabricación de ropa y que tiene 15 años de funcionar en el país bajo el régimen de zona franca, anunció que cerrará operaciones en los últimos días de mayo.
La decisión de la empresa de abandonar Nicaragua obedecería a que en el país no se tienen las máquinas tecnológicas adecuadas para poder competir con las prendas que confecciona para las marcas Under Amour, Nike y Adidas.
Durante las primeras semanas de 2021 el interés por la ropa para niños medido por las búsquedas en Internet y menciones en conversaciones en el entorno digital, se incrementó en Panamá y Guatemala, y en el caso de los demás mercados de la región se redujo.
A través de un sistema que monitorea en tiempo real los cambios en los intereses y preferencias de los consumidores en los países de Centroamérica, desarrollado por CentralAmericaData, es posible proyectar tendencias de demanda a corto y largo plazo, para los diferentes productos, servicios, sectores y mercados que operan en la región.
A mediados de año empresarios del sector textil nicaragüense estimaban que al cierre de 2020 las exportaciones caerían 40% a causa de la pandemia, pero, luego de conocerse la cifras de los últimos meses se pronostica que la merma de las ventas podría ser de 20%.
De acuerdo a cifras de la Oficina de Textiles y Ropa (Otexa), entre enero y septiembre las exportaciones de las maquilas textiles que operan en Nicaragua a Estados Unidos ascendieron a $1.000 millones, monto que es menor en 25% a los $1.329 millones registrados en igual período de 2019.
Tras el impacto que provocó el brote de covid19 empresarios nicaragüenses del sector estiman que en los primeros siete meses del año las maquilas han dejado de exportar cerca de $300 millones y han tenido que despedir a unos 6 mil empleados.
La caída de la demanda en EE.UU., que es uno de los principales mercados de destino de las exportaciones de vestimenta confeccionada en Nicaragua, explica parte de la baja de los ingresos de las empresas que operan en el país.
En el contexto de un desequilibrio en el comercio y de restricciones decretadas en varios mercados del mundo, las empresas centroamericanas del negocio de confección de vestimenta, están operando y generando ingresos por exportaciones a niveles que sólo les permite subsistir.
Datos de la Oficina de Textiles y Ropa, de la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos, precisan que entre el primer semestre de 2019 y el mismo período de 2020, las exportaciones de la industria textil de Centroamérica a EE.UU. disminuyeron en 34%, al pasar de $17.593 millones a $11.553 millones.
Inversiones considerables en la digitalización de las operaciones, cierre de tiendas pequeñas y la ampliación de la superficie comercial de los puntos de venta mejor ubicados, es parte de la estrategia que comienzan a implementar las empresas en el nuevo contexto de transformación de los negocios.
Directivos de grandes corporaciones coinciden en que varias empresas ya venían avanzando en materia de digitalización de las ventas y las operaciones, pero la pandemia terminó por convencer a los tomadores de decisiones de la necesidad de apostarle a las ventas en línea, y en simultáneo acompañarlo de un plan de transformación de las tiendas físicas.
En Nicaragua las maquilas han suspendido sus operaciones debido a que los principales mercados de exportación han contraído su demanda derivado del brote del covid19.
El principal mercado de las exportaciones nicaragüenses es Estados Unidos, país que actualmente es foco de la pandemia y ha obligado a las autoridades a declarar estado de emergencia.
Se estima que el impacto que tendrá la crisis en las empresas vinculadas al sector de Textiles, cuero y vestimenta en Centroamérica vendrá explicado, en mayor medida, por la caída que se espera en las ventas de alfombras y cortinas.
Según empresarios del sector textil del país, como consecuencia de la pandemia del covid19, se espera una reducción en las órdenes de trabajo durante el segundo semestre del año.
Representantes de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y Confección (Anitec), prevén que con el cierre de las tiendas de varios de sus clientes, las ventas se reducirán considerablemente y los niveles de inventarios aumentarán.
A raíz de la propagación del virus a nivel mundial y la suspensión de parte de la producción en China, varias empresas de la región dedicadas a la confección de vestimenta han reportado alzas en sus pedidos.
Debido a la propagación de la epidemia se ha paralizado gran parte de la actividad económica del gigante asiático, que es el mayor exportador de textiles en el mundo. Esta situación ha obligado a los compradores a buscar alternativas.
La estadounidense Aalfs Uno que operaba en el municipio de Sébaco, en Matagalpa, cerró sus operaciones en el país debido a una reducción en la cantidad de contratos.
La clausura de la compañía fue oficializada por directivos de la Asociación Nicaragüense de la Industria Textil y de Confección (Anitec), quienes aseguran que es la primera empresa del sector de capital norteamericano que cierra en el país.
Pese a las amenazas que existen a nivel global, como la posibilidad de una desaceleración de la economía mundial, los empresarios del sector confían en que sus ventas seguirán al alza.
Empresas que operan bajo el régimen de zona franca en el país, estiman que sus ventas al exterior durante 2019 ascendieron a cerca de $1.700 millones, monto que supera en 5% a lo registrado en 2018.
En el primer semestre del año en Nicaragua las textileras reportaron un leve aumento en el volumen exportado, debido principalmente a una mejora en los precios que se pagan a nivel internacional.
De acuerdo a datos de la Oficina de Textiles y Ropas (Otexa) de EE.UU., entre el primer semestre de 2018 y el mismo período de 2019 el volumen de las exportaciones de textil y de confección desde Nicaragua hacia el país norteamericano creció levemente en 1,2%, al pasar de 270 millones a 273 millones de metros cuadrados.
En los últimos años el sector en Guatemala ha perdido cerca de 30 mil empleos, pues los altos costos que resultan de tener uno de los salarios mínimos más elevados de la región, ocasiona que sea más rentable sólo exportar materia prima, en vez de confeccionarla en el país.
Las cifras de la Comisión de Vestuario y Textiles (Vestex) evidencian que en los últimos años se han perdido varios empleos en el sector, dado que entre 2006 y 2018 la industria a perdido un considerable número de puestos de trabajo, pues pasó de 82.109 a 53.636 plazas, lo que equivale a una merma de 35%.
En los primeros nueve meses del año las importaciones de hilos e insumos textiles en Centroamérica sumaron $349 millones, registrando una caída de 14% respecto al mismo período de 2017.
Cifras del Área de Inteligencia Comercial de CentralAmericaData:[GRAFICA caption="Clic para interactuar con la gráfica"]