Para el Fitch el rezago en las campañas de vacunación constituye un riesgo latente de una pandemia prolongada, lo que retrasaría la recuperación de las economías de la región y provocaría presiones negativas en las calificaciones de riesgo que se emitirán en los próximos meses.
Fitch Ratings emitió el 25 de mayo un boletín para México, Centroamérica y el Caribe, en el que advirtió que dadas las profundas contracciones económicas de la región y las perspectivas de recuperación moderadas, se visualizan amenazas de presiones negativas en las calificaciones.
Los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua enfrentarán mayores dificultades para obtener financiamiento en los mercados externos, debido a las rebajas que han sufrido sus calificaciones de riesgo por parte de las agencias internacionales.
Argumentando que Costa Rica refleja déficits fiscales persistentemente amplios, necesidades de financiamiento a corto plazo debido a un fuerte calendario de amortización y restricciones de financiamiento del presupuesto, el 15 de enero Fitch Ratings informó que decidió bajar la calificación de incumplimiento del emisor en moneda extranjera a largo plazo del país, de BB a B+.
Para Moody’s, Fitch y S&P, las últimas proyecciones de deuda pública y déficit fiscal del Banco Central de Costa Rica, empeoran aún más las perspectivas de la calificación de la deuda.
La semana pasada el Banco Central de Costa Rica (BCCR) difundió un informe en el que explicaba que para este año se espera que la deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) llegue a 53,8%, y para el 2019 este indicador alcance el 58,4%.
Encarecimiento del crédito externo, deterioro de la imagen del país y tasas de interés más altas a nivel local son solo algunas de las consecuencias que podría traer el impago de los $55 millones a los fondos de pensión.
La decisión que tomó la administración Sánchez Cerén de no pagar los intereses de los fondos de pensiones argumentando falta de apoyo de parte del partido político de oposición, generó no solamente una degradación en la calificación de deuda por parte de agencias como Fitch Ratings y Standard & Poor´s, sino que llevó al sector empresarial a elevar la voz sobre la gravedad de la situación y advertir sobre las consecuencias que tendría en la actividad económica.
La calificadora mantuvo la calificación BB+ con perspectiva negativa pero volvió a advertir sobre el elevado déficit fiscal y las dificultades que enfrenta el país para aprobar una reforma fiscal.
Del comunicado de Fitch Ratings:
Fitch Ratings-Nueva York: Fitch Ratings confirmó la perspectiva de la calificación de largo plazo las calificaciones de emisor de moneda por defecto extranjera y local de Costa Rica (IDR) en 'BB +'. La perspectiva de la calificación es negativa. Las calificaciones de emisión de bonos de alto nivel extranjera no garantizada y en moneda local de Costa Rica se han afirmado en 'BB +'. El corto plazo en moneda extranjera IDR se ha afirmado en 'B' y el Techo País en 'BBB-'.
Fitch, Moody's y Standard & Poor's vuelven a advertir sobre la necesidad de generar más ingresos y recortar el gasto público para evitar "consecuencias negativas en la calificación".
En promedio las agencias dan un plazo de 12 a 18 meses para que el déficit fiscal y el endeudamiento público se estabilicen, y a la vez aclaran que "... la presentación de las reformas fiscales no es suficiente para garantizar una buena perspectiva del país." Las calificaciones otorgadas por las agencias son una guía sobre todo para los que realizan inversiones extranjeras directas.
La prima de riesgo exigida por los inversores internacionales al bono costarricense que vence en el año 2023 creció de 2,10% a 2,56% entre junio y septiembre de 2014.
Los inversores se estarían adelantando a una degradación de la calificación soberana del país, posibilidad ya sugerida por agencias calificadoras como Fitch.
Fitch Ratings mantiene la calificación en BB+ pero señala al déficit fiscal como una debilidad crediticia.
La calificadora de riesgoFitch Ratings anunció que mantendrá en BB+ la nota para Costa Rica, manteniendo la perspectiva estable. Sin embargo, señaló que el elevado déficit fiscal representa una debilidad para el país.
Fitch Ratings no descarta reducir la nota de la deuda soberana si no se fortalece el crecimiento económico.
El reporte “Perspectivas 2014: Soberanos de América Latina”, elaborado por la calificadora Fitch Ratings recuerda que El Salvador es una de las naciones de la región que tiene una perspectiva negativa en su calificación de riesgo, la que en julio de este año bajó a “BB-”.
Si se mantiene el desequilibrio económico que actualmente afecta las finanzas salvadoreñas, Fitch Ratings bajaría nuevamente su calificación de riesgo que se ubica ahora en “BB-”.
Elmundo.com.sv publica: “Ni el escenario más positivo trazado por la calificadora de riesgos Fitch Ratings arroja un resultado alentador para la trayectoria de la deuda pública salvadoreña, que hasta julio, incluyendo pensiones, alcanzó el 53.9% del Producto Interno Bruto (PIB)”.
La calificadora de riesgo pasó la perspectiva de calificación de "negativa" a "estable", en base a los esfuerzos de consolidación fiscal y de estabilización de la deuda pública.
La perspectiva estaba en "negativa" desde 2010 por los crecientes niveles de endeudamiento. La calificación se mantuvo en "BB".
Según la calificadora, el país ha hecho avances en consolidación fiscal, estabilización de la deuda pública y en cumplir el acuerdo Stand By con el Fondo Monetario Internacional.
El ascenso se debe a la capacidad de recuperación tras la crisis, advirtiendo de la vulnerabilidad del país frente a los precios en ascenso de las materias primas.
La fortaleza macroeconómica del país, contrasta con su debilidad institucional lo que, a juicio de Fitch Ratings, constriñe su deuda soberana a calificaciones por debajo del grado de inversión.
Fitch Ratings recientemente afirmó en BB+ la calificación de la deuda guatemalteca tanto en moneda local como extranjera. Los fundamentos de esa calificación son la continuada estabilidad macroeconómica del país, la baja carga relativa de la deuda pública externa, y un sólido historial de repago.
En Panamá no se apagan los ecos del otorgamiento del grado de inversión, junto a las voces que llaman a mantener el esfuerzo que llevó a esa meta.
La calificación BBB- de la deuda soberana panameña por Fitch Ratings, será seguida seguramente en los próximos días por las otras grandes calificadoras, confirmando el ascenso de Panamá al conjunto de países con grado de inversión.
Panamá entró al privilegiado grupo de economías de Latinoamérica con categoría de grado de inversión, al que pertenecen Brasil, México, Chile y Perú.
El comunicado de Fitch señala que la agencia calificadora "aumentó la calificación IDR de largo plazo en moneda local y extranjera de Panamá a 'BBB-' desde 'BB+', reflejando la mejora sostenida de las finanzas públicas, soportadas por las recientes reformas fiscales y por la resistencia que la economía mostró a la crisis financiera global y la recesión asociada. Aunque el crecimiento económico se desaceleró hasta 2.4% en 2009 desde 10.7% en 2008, todavía fue una de las tasas de crecimiento más fuertes de América Latina y entre sus pares calificados en 'BBB'. La Perspectiva Positiva para ambas calificaciones refleja la expectativa que la relación de deuda gubernamental/PIB decline aún más en la medida que el crecimiento del PIB se acelere y la disciplina fiscal se mantenga, pese a un ambicioso programa de inversión pública. La aprobación de dos reformas fiscales en los primeros nueve meses de la administración del Presidente Martinelli, lo cual se espera produzca este año alrededor de 1.6% del PIB en ingresos adicionales, soporta el compromiso del gobierno de mantener políticas fiscales sostenibles."
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