Después de que en 2018 las economías de la región en su conjunto crecieran 2,6%, el FMI estima que el 2019 cerraría con un alza de 2,7% y en 2020 podría llegar a 3,4%.
El documento "Perspectivas de la Economía Mundial", elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), precisa que para Panamá se redujo de 5% a 4,3% la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2019.
Las perspectivas para algunas economías de la región para 2019 no son las mejores: en Nicaragua se prevé que el PIB caiga entre 5% y 7%, mientras que en Costa Rica se redujo de 3,2% a 2,2% la estimación de crecimiento al cierre del año.
Las estimaciones de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), presentadas en su "Informe de Coyuntura - Julio 2019", indican que para 2019 se reportará una contracción económica en el país de entre 5,4% y 6,8%.
El bajo dinamismo de la actividad comercial y el elevado desempleo, son las principales razones detrás de la caída en el consumo en Costa Rica, y no se esperan grandes cambios en el corto plazo.
En febrero de 2019 la producción del país, medida según el Índice Mensual de Actividad Económica, registró una variación interanual de 1,7%, informó el Banco Central de Costa Rica.
El Banco Central estima que la economía de Costa Rica crecerá 3,2%, explicado principalmente por el consumo privado y un repunte en la inversión pública.
Según el Programa Macroeconómico 2019-2020 del Banco Central, el crecimiento de la economía costarricense será de 3,2% en el 2019 y de 3% en el 2020.
"El endurecimiento de las condiciones mundiales de financiamiento son motivo de preocupación para los países centroamericanos con grandes déficits de cuenta corriente o que dependen en gran medida de los flujos de capitales."
Según el reporte "Perspectivas económicas mundiales - Enero 2019” elaborado por el Banco Mundial (BM), los países con una elevada carga de deuda externa, estarían en riesgo si se produjera un cambio repentino en la confianza de los inversionistas en las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Empresarios en Costa Rica piden al gobierno que concrete proyectos que propicien la reactivación de la economía el próximo año, siendo la construcción y la agricultura las actividades con mayor prioridad.
Además de la reactivación económica, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), espera que le país no se centre en discusiones de un solo tema, como ocurrió en 2018 con el plan fiscal.
El PIB de Costa Rica crecería solo 2,6% al cierre de 2018, debido principalmente al efecto de la huelga de tres meses de funcionarios públicos, la crisis nicaragüense, el alza en las tasas de interés mundiales y la incertidumbre en torno a la reforma fiscal.
Se espera que la región termine 2018 con un alza de poco más de 4% en el volumen exportado y apenas 3,6% en el valor, debido a la caída que han sufrido los precios internacionales de varios productos agrícolas.
El Banco Central redujo su proyección de crecimiento económico desde 4,1% a 3,8% para 2017, debido al impacto del creciente déficit fiscal y a la menor velocidad a la que crece la industria de servicios.
Proyecta un menor crecimiento económico este año, impulsado por un debilitamiento de los términos de intercambio y condiciones financieras más restrictivas, causadas por el elevado déficit fiscal.
Del comunicado del Fondo Monetario Internacional:
I. Evolución reciente
1. El producto y el crecimiento están en su nivel potencial, mientras que la inflación se ha tornado positiva y está creciendo de manera moderada.
Excesiva liquidez en el sistema financiero, créditos en dólares al alza, creciente déficit fiscal y un entorno global menos favorable complicarán el camino lo que resta del año y en 2017.
El documento "Revisión Programa Macroeconómico 2016-2017" del Banco Central de Costa Rica señala esos cuatro elementos como los principales factores que podrían afectar de forma negativa el desempeño económico general.
El FMI señala mayor vulnerabilidad en el sector financiero por la expansión del crédito en dólares y a nivel macroeconómico por la incapacidad para reducir el déficit fiscal.
Del comunicado sobre el Artículo IV del Fondo Monetario Internacional:
Costa Rica se recuperó rápidamente de la crisis mundial de 2008-09, pero el crecimiento, a pesar haber subido en los últimos dos años a 3,75 por ciento, ha quedado debajo de la tendencia, mientras que las vulnerabilidades a nivel macro, derivadas principalmente de la débil posición fiscal, se han incrementado. El fracaso para revertir el estímulo presupuestario anticíclico impartido en 2009, y el aumento de los intereses desde entonces han empujado el déficit al 6 por ciento del PIB en 2015-16. Esto ha colocado a la relación entre la deuda pública y el PIB en una trayectoria insostenible, que se acerca rápidamente a niveles en los que aumenta el riesgo de un ajuste desordenado propio de las economías emergentes.
A octubre de 2015 la actividad económica registró un crecimiento interanual de 3,2%, manteniendo la tendencia a la recuperación mostrada desde el mes de abril.
En octubre del 2015 la producción del país, medida por la tendencia ciclo del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), registró un crecimiento medio de 2,5% y una variación interanual de 3,2% (3,5% y 3,1% en igual periodo del 2014, respectivamente). Por su parte, el IMAE sin Zona Franca registró un crecimiento interanual de 3,4% (3,6% un año antes).
El Banco Central confirmó la percepción generalizada de enlentecimiento económico, bajando de 3,4% a 2,8% su proyección de crecimiento para este año.
El presidente de la entidad confirmó que el exceso de dólares que hay en el mercado cambiario explica el comportamiento del tipo de cambio, que se ha mantenido relativamente bajo y estable durante los últimos meses.
"La recuperación económica de EE.UU. y el bajo precio del petróleo generarán vientos favorables para la región, pero debido a restricciones de oferta, en los años venidores el crecimiento será moderado."
La agenda de política económica (de Centroamérica) deberá enfocarse en elevar la inversión y la productividad a los niveles observados en economías más dinámicas. En especial, la región debería mejorar el clima de negocios, afianzar la seguridad y la gobernabilidad, modernizar la infraestructura e invertir en capital humano, lo que a su vez requiere de mayores ingresos fiscales y mejor priorización del gasto público. Para aprovechar otras fuentes de crecimiento, también es necesario profundizar la integración regional, diversificar el sector exportador y promover el uso de tecnología más avanzada en procesos industriales.