Sin importar sus causas, frente al repunte de la inflación, la vieja receta es restringir liquidez, con el aumento de las tasas de interés, y la virtual paralización del crédito.
Así pregonaba la presidenta del Banco de Guatemala (Banguat), en una entrevista publicada en el Periódico ayer, la Junta Monetaria lograría frenar la escalada de precios, traducida en una empobrecedora inflación que supera el 12 por ciento en forma interanual.
Fitch advierte que con las tasas de interés subiendo y la inflación fuera de control, los deudores podrían comenzar a caer en impago.
Mauricio Choussy, director ejecutivo de Fitch Centroamérica, explicó ayer que el repunte de la inflación está mermando la capacidad de pago de las familias y empresas, que además deben enfrentar los altos costos de las materias primas y demandas salariales de sus empleados, durante el seminario Las Lecciones Aprendidas de la Crisis Supbrime en EE.UU., organizado por la Superintendencia de Bancos (SIB).
Manuel Hinds, ex Ministro de Finanzas salvadoreño: Hay mucha gente que afirma que la causa de la inflación en El Salvador ha sido la dolarización.
Ofrecen como prueba el hecho de que los precios eran más bajos en el instante en que se dolarizó, que lo que son ahora. Estas personas suponen que los precios hubieran quedado congelados en el tiempo si se hubieran seguido midiendo en colones, una suposición que obviamente va en contra de lo que fue la historia del colón y del comportamiento de otras monedas latinoamericanas desde enero de 2001, cuando se dolarizó El Salvador.
El acelerado crecimiento de los precios ha puesto a las autoridades económicas de los países de la región a tomar mayores medidas.
Los embates de los altos precios del petróleo y las materias primas han obligado a los responsables del desempeño económico de la mayoría de los países del mundo a tomar medidas para contrarrestar el efecto que la creciente inflación está teniendo sobre las economías.
Los ciudadanos de un país con problemas inflacionarios se empobrecen, pues su ingreso real deja de cubrir las necesidades que otrora cubrían.
La inflación significa menoscabo en el ingreso real de las personas.
Este problema se acentúa en relación inversa al ingreso: las familias de menores ingresos sufren más que las familias de mayores ingresos.
La economía guatemalteca se desacelera rápidamente a medida que el consumo de los hogares se reduce debido a los altos precios de los alimentos y combustibles.
El monstruo de la inflación de doble dígito que devastó la economía durante la década de los ochenta y principios de los noventa está de vuelta; el alza imparable de los alimentos y combustibles está mermando aceleradamente la capacidad adquisitiva de los hogares que aportan un 88 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) vía el consumo.