La calificadora decidió mantener en "B" la nota crediticia soberana en moneda local y extranjera de largo y corto plazo, con una perspectiva negativa indica el riesgo de una rebaja en caso de que la Asamblea no apruebe una Facilidad de Fondo Extendida u otras medidas de política.
En el escenario actual, cubrir las grandes necesidades de financiamiento del gobierno puede requerir recurrir al banco central u otro financiamiento no convencional, destaca el análisis de la calificadora de riesgo.
Argumentando que el país carece de una consolidación fiscal y su deuda no es estable, la agencia calificadora decidió mantener la nota de riesgo crediticio en "B", con perspectiva negativa.
Según Fitch, la Perspectiva Negativa refleja los riesgos a la baja para la consolidación fiscal y la estabilización de la deuda debido a la incertidumbre política en medio de una incapacidad de larga data para llegar a un consenso sobre cómo abordar los desequilibrios fiscales creados por los altos déficits fiscales, el aumento de los pagos de intereses y un calendario de amortización pronunciado.
Los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua enfrentarán mayores dificultades para obtener financiamiento en los mercados externos, debido a las rebajas que han sufrido sus calificaciones de riesgo por parte de las agencias internacionales.
Argumentando que Costa Rica refleja déficits fiscales persistentemente amplios, necesidades de financiamiento a corto plazo debido a un fuerte calendario de amortización y restricciones de financiamiento del presupuesto, el 15 de enero Fitch Ratings informó que decidió bajar la calificación de incumplimiento del emisor en moneda extranjera a largo plazo del país, de BB a B+.
Standard and Poor’s anunció que redujo la calificación de riesgo de los bonos costarricenses desde BB- a B+, sumándose a la rebaja que hizo Moody's a inicios de diciembre.
La calificadora de riesgo Standard and Poor’s (S&P) informó que la decisión fue tomada debido a que la situación fiscal del país podría generar un aumento continuo en la carga neta de la deuda del gobierno general.
La calificadora redujo de Ba2 a Ba1 las calificaciones del emisor de bonos a largo plazo y bonos senior no garantizados del Gobierno de Costa Rica, y cambió la perspectiva a negativa.
Según Moody's entre las principales determinantes de la rebaja figura el empeoramiento continuo y proyectado de las métricas de deuda en la parte posterior de grandes déficits a pesar de los esfuerzos de consolidación fiscal.
Fitch Ratings informó que el país está en observación y por ahora mantiene la calificación en BB, a la espera de lo que pase con la reforma fiscal y el pago de la deuda del gobierno a fin de año.
Mediante un comunicado Fitch Ratings, calificadora de riesgo estadounidense, informó el 15 de noviembre que Costa Rica estaría cerca de una rebaja de calificación soberana, debido a la situación que atraviesan las finanzas públicas del país.
Moody’s colocó en revisión a la baja las calificaciones de emisor a largo plazo y las de los bonos no garantizados del gobierno de Costa Rica.
Ayer la calificadora de riesgo informó que las expectativas de un empeoramiento continuo de los indicadores fiscales y la evidencia de un aumento en las necesidades de financiamiento, son algunas de las razones detrás de la decisión de revisar la calificación de deuda del país.
Fitch degradó el Issuer Default Rating (IDR) en moneda extranjera de México a ‘BBB’ desde ‘BBB+’ y el IDR en moneda local a ‘BBB+’ desde ‘A-'.
La perspectiva de las calificaciones es Estable. Adicionalmente, el techo del país se redujo a ‘A-’ desde ‘A’. La calificación de corto plazo se ratificó en ‘F2’.
Fitch degradó las calificaciones de México dado que la crisis económica y financiera global, así como la caída en la producción petrolera, han acentuado las debilidades en el perfil fiscal del país, incluyendo la alta dependencia de los ingresos públicos al petróleo, una estrecha base fiscal no petrolera y una limitada flexibilidad fiscal. Estas debilidades reducen el margen de maniobra fiscal de México ante futuros choques en los ingresos petroleros. La moderada capacidad de México para implementar una política fiscal contra-cíclica sólida este año (en contraste a lo observado en otros soberanos con calificaciones similares) enfatiza también las debilidades fiscales estructurales subyacentes.