La calificadora decidió mantener en "B" la nota crediticia soberana en moneda local y extranjera de largo y corto plazo, con una perspectiva negativa indica el riesgo de una rebaja en caso de que la Asamblea no apruebe una Facilidad de Fondo Extendida u otras medidas de política.
En el escenario actual, cubrir las grandes necesidades de financiamiento del gobierno puede requerir recurrir al banco central u otro financiamiento no convencional, destaca el análisis de la calificadora de riesgo.
Argumentando que el país carece de una consolidación fiscal y su deuda no es estable, la agencia calificadora decidió mantener la nota de riesgo crediticio en "B", con perspectiva negativa.
Según Fitch, la Perspectiva Negativa refleja los riesgos a la baja para la consolidación fiscal y la estabilización de la deuda debido a la incertidumbre política en medio de una incapacidad de larga data para llegar a un consenso sobre cómo abordar los desequilibrios fiscales creados por los altos déficits fiscales, el aumento de los pagos de intereses y un calendario de amortización pronunciado.
Standard & Poor´s redujo la calificación de la deuda externa de B+ a B con perspectiva negativa, argumentando que existe incertidumbre debido a la laxitud con que la administración Alvarado está implementando la política fiscal en el país.
La perspectiva negativa en la nueva nota de riesgo, anticipa que existe la posibilidad de que en los próximos 12 meses se degrade nuevamente la calificación, si las autoridades adoptan políticas que dañe el perfil financiero del país.
La calificadora decidió mantener en B2 la nota de emisor de largo plazo, pero cambió de estable a negativa la perspectiva de riesgo, argumentando que existen mayores riesgos para el financiamiento del país derivado del aumento en los requisitos para el endeudamiento.
La afirmación de la calificación B2 de Costa Rica tiene en cuenta los niveles de riqueza del soberano por encima de sus pares y su economía dinámica.
La agencia decidió rebajar la nota de largo plazo de B+ a B con perspectiva negativa, argumentando que el país enfrenta un escenario de mayor estrés fiscal debido a la crisis sanitaria.
La degradación de la nota de incumplimiento de emisor a largo plazo, se debe a que la crisis sanitaria que deriva del brote de covid19, llegó en un momento en que el espacio fiscal de Costa Rica es limitado y se estrecha rápidamente, informó el 8 de mayo Fitch Ratings.
Argumentando que el alto déficit fiscal mantiene su tendencia al alza, la calificadora decidió degradar de B1 a B2 la nota de emisor a largo plazo y de bonos senior no garantizados del Gobierno.
Los déficits fiscales que promedian más del 6% del PIB desde 2015 han llevado a la deuda pública/PIB más alto que sus pares con calificación 'B', precisó la calificadora.
Las últimas calificaciones de riesgo para la emisión de deuda a largo plazo de las economías centroamericanas, identifican a Panamá como el país más atractivo para invertir.
El pasado 8 de marzo la calificadora Moody's decidió elevar de Baa2 a Baa1 la calificación de emisor a largo plazo en moneda extranjera, argumentando que las perspectivas siguen siendo más favorables en el mediano plazo.
La calificadora redujo de Ba2 a Ba1 las calificaciones del emisor de bonos a largo plazo y bonos senior no garantizados del Gobierno de Costa Rica, y cambió la perspectiva a negativa.
Según Moody's entre las principales determinantes de la rebaja figura el empeoramiento continuo y proyectado de las métricas de deuda en la parte posterior de grandes déficits a pesar de los esfuerzos de consolidación fiscal.
Fitch Ratings informó que el país está en observación y por ahora mantiene la calificación en BB, a la espera de lo que pase con la reforma fiscal y el pago de la deuda del gobierno a fin de año.
Mediante un comunicado Fitch Ratings, calificadora de riesgo estadounidense, informó el 15 de noviembre que Costa Rica estaría cerca de una rebaja de calificación soberana, debido a la situación que atraviesan las finanzas públicas del país.
Moody’s colocó en revisión a la baja las calificaciones de emisor a largo plazo y las de los bonos no garantizados del gobierno de Costa Rica.
Ayer la calificadora de riesgo informó que las expectativas de un empeoramiento continuo de los indicadores fiscales y la evidencia de un aumento en las necesidades de financiamiento, son algunas de las razones detrás de la decisión de revisar la calificación de deuda del país.
Para Moody’s, Fitch y S&P, las últimas proyecciones de deuda pública y déficit fiscal del Banco Central de Costa Rica, empeoran aún más las perspectivas de la calificación de la deuda.
La semana pasada el Banco Central de Costa Rica (BCCR) difundió un informe en el que explicaba que para este año se espera que la deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) llegue a 53,8%, y para el 2019 este indicador alcance el 58,4%.
El gobierno prepara un proyecto de ley para que la Asamblea autorice a realizar una emisión de deuda en el mercado internacional el año próximo.
El Ministerio de Hacienda considera salir a financiarse en el exterior para evitar presionar las tasas de interés en el mercado local. Si la Asamblea Legislativa aprueba el proyecto de ley, el gobierno buscaría en el mercado internacional los 1,2 billones de colones que debe pagar por los títulos de deuda interna que vencen el próximo año.
Fitch Ratings señala que el contexto externo relativamente favorable no será suficiente para que los países centroamericanos mejoren sus calificaciones de crédito, que se mantendrían estables pese a los problemas fiscales.
Del reporte de Fitch Ratings:
Nueva York Fitch-22 de octubre 2015: Es poco probable que los vientos externos a favor conduzcan a una mejora significativa en la calidad crediticia de América Central, dice Fitch Ratings en un informe especial. Mientras que las finanzas externas y la inflación en toda la región se han beneficiado de la recuperación de Estados Unidos y los precios más bajos del petróleo, las perspectivas de crecimiento, las finanzas públicas y las cuestiones estructurales es más compleja. No obstante, el nuevo contexto externo podría ser un factor de estabilidad en las tendencias de crédito en la región, especialmente teniendo en cuenta el sesgo negativo de calificaciones en los últimos años. Actualmente, sólo un país (Costa Rica) tiene una perspectiva negativa.
En la última actualización de su índice de mercados emergentes cambió su visualización del peso relativo de los bonos costarricenses de "Marketweight" a "Underweight".
El artículo en Elfinancierocr.com señala que "... La opinión de J.P. Morgan para hacer este movimiento estuvo centrada en el deterioro fiscal que sufre Costa Rica y argumenta que este ha sido sostenido y que existen pocas posibilidades de que esa tendencia se revierta.
Fitch, Moody's y Standard & Poor's vuelven a advertir sobre la necesidad de generar más ingresos y recortar el gasto público para evitar "consecuencias negativas en la calificación".
En promedio las agencias dan un plazo de 12 a 18 meses para que el déficit fiscal y el endeudamiento público se estabilicen, y a la vez aclaran que "... la presentación de las reformas fiscales no es suficiente para garantizar una buena perspectiva del país." Las calificaciones otorgadas por las agencias son una guía sobre todo para los que realizan inversiones extranjeras directas.