En un mercado cambiario inestable, la poca transparencia en las reglas de intervención del Banco Central de Costa Rica agrega incertidumbre que impulsa al inversor hacia la divisa más segura.
EDITORIAL
La escalada del precio del dólar en Costa Rica es un factor negativo para algunos sectores y positivo para otros, pero negativo en general para la economía, porque distorsiona los planes de las empresas, disminuyendo su competitividad, y porque aumenta la voluntad de especulación en los actores del mercado.
Centroamérica podría verse afectada directamente por la desaceleración en el ritmo de recuperación económica mundial.
De momento, los indicadores de demanda externa e interna para la región, no reflejan las amenazas de una menor tasa de crecimiento en los países de economías avanzadas socios comerciales de la región.
La apreciación del colón frente al dólar en Costa Rica es preocupante, no solo porque el fenómeno no tiene causas claras, sino porque parece que no hay formas de impedirlo sin causar males peores.
Hace unas semanas, y sin ninguna razón aparente, la cotización del dólar norteamericano en Costa Rica comenzó a bajar.
“Cuando los mercados se mueven mucho, sé prudente. Cuando no se mueven, sé doblemente prudente”.
En los países con moneda propia las variaciones en el tipo de cambio siempre despiertan inquietudes, y es notoria la ansiedad de los operadores económicos y financieros para entender las razones de esas fluctuaciones, para protegerse de ellas, y si es posible, aprovecharlas.