La medida de aumentar la tasa busca proteger las reservas internacionales netas, mantener el tipo de cambio y aumentar la tasa de interés en cuentas de ahorro, informaron fuentes de BCH.
De acuerdo con el presidente del BCH, Edwin Araque, el sector económico del país no negociará ningún acuerdo stand by con el FMI pues éste presiona para devaluar la moneda nacional.
Araque sostuvo que en Honduras no hay condiciones para depreciar el lempira, pues se tiene que mantener la economía desde el punto de vista financiero, por lo que esta medida que ha recomendado el FMI no lo permitirán, dijo.
A partir del 6 de diciembre, el encaje legal en moneda nacional se reducirá a 0% y para los depositos en moneda extranjera bajará cinco puntos.
La medida, anunciada por el presidente del Banco Central, Edwin Araque, supone aumentar la liquidez del sistema financiero en unos $251 millones (4.750 millones de lempiras) que los bancos dispondrán para conceder crédito.
Para atenuar los efectos de la desaceleración económica, algunos políticos recurren a la política monetaria o al Banco Central. Creen que imprimiendo más dinero habrá más riqueza, más inversión y más empleo.
Cuando un Banco Central, como la Reserva Federal de los EE.UU. (FED) o el Banco Central Europeo (BCE), aumenta la cantidad de dinero en circulación lo hace reduciendo las tasas de interés. Este exceso de liquidez se canaliza primero hacia el sistema financiero, causando un exceso de crédito que obliga a las instituciones financieras a reducir o flexibilizar los requisitos de crédito a sus clientes con el fin de reducir sus reservas monetarias causadas por el exceso de liquidez originado por la política del Banco Central de “dinero fácil”. Sin embargo esta política de “dinero fácil” no puede mantenerse porque imprimir más dinero NUNCA puede generar mayor riqueza. Todo exceso de liquidez eventualmente se traduce en una “burbuja”, en una aceleración de la tasa de inflación o en ambas.
Luchando contra la inflación, el Banco Central de Honduras se vio obligado a incrementar su tasa directriz central en 0.50 por ciento.
De esta forma la Tasa de Política Monetaria (TPM) pasó de 8.0 a 8.50 por ciento, con la finalidad de hacerla más atractiva para los inversionistas institucionales y competir así con las demás instituciones financieras.