La Autoridad del Canal comenzó el proceso de medición y análisis de la demanda actual y proyectada de la vía interoceánica, para determinar en qué momento iniciar la ampliación.
La Autoridad del Canal de Panamá ya conformó un grupo de expertos para hacer los análisis y estudios técnicos para la futura ampliación del Canal, que dependerá directamente de la forma en que se comporte la demanda durante los próximos años.
El consorcio constructor rechaza una a una las propuestas de solución, a sabiendas de que su sustitución implicaría costos superiores a ceder sus pretensiones.
EDITORIAL
La supuesta luz en el túnel que supuso un principio de acuerdo para solucionar la alegada falta de liquidez del Grupo Unidos por el Canal (GUPC), se apagó cuando el consorcio encabezado por Sacyr e Impregilo volvió a su postura maximalista: O se les reconocen sobrecostos por $1.600 millones, o paralizan las obras.
El consorcio constructor no cumplió su amenaza de parar las obras al cumplirse el plazo señalado, mientras la Administración del Canal se prepara para asumir el proyecto.
Y este lunes se conoció otra propuesta del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) para permitir la continuación de los trabajos, consistente en que las partes en conflicto cofinancien los llamados costos imprevistos, mientras se decide en las instancias arbitrales previstas en el contrato, quién debe pagarlos.
El haber pasado por alto el reporte de Betchel sobre deficiencias técnicas en la muy barata propuesta del Grupo Unidos por el Canal para la ampliación del Canal, ahora puede salir muy cara a la ACP.
En el momento de adjudicarse la construcción de las obras de ampliación del Canal de Panama al consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), fueron notorios los esfuerzos del gobierno norteamericano para revertir esa decisión en favor del consorcio liderado por la constructora norteamericana Betchel con las japonesas Taisei y Mitsubishi (BTM).
En previsión de que no se solucione el conflicto con el consorcio constructor, la Autoridad del Canal de Panamá ya planifica la continuación de las obras de ampliación bajo su dirección.
El administrador de la ACP, Jorge Quijano, anunció para el próximo lunes 13 de enero una reunión con Zurich la aseguradora del proyecto, señalando que la Autoridad del Canal cuenta para la financiación de las obras con $548 millones en cartas de crédito y otros $442 millones en caja.
Los hechos parecen haber dado la razón a lo dicho en 2009 -según WikiLeaks- por el embajador norteamericano, que señaló a Sacyr como "una empresa quebrada sostenida solamente por el gobierno español".
El diálogo sobre sobrecostos en las obras de la ampliación del canal entre la Administración del Canal de Panamá (ACP) y el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) -iniciado con la intervención de la ministra española de Fomento- se ha interrumpido, e incluso ya no es la española Sacyr la portavoz del grupo sino que ahora la otra empresa mayoritaria del consorcio, la italiana Impregilo, es la que pide -vía prensa- $1.000 millones a la ACP, manteniendo la amenaza de interrumpir las obras.
La ampliación del Canal de Panamá generó una ola de inversiones en infraestructura portuaria, especialmente en bodegas y centros de distribución.
Mientras se espera la apertura en 2015 del ampliado Canal de Panamá, los puertos de los Estados Unidos se preparan para competir por el lucrativo incremento en comercio que se viene.
Desarrolladores, inversionistas y la industria logística están apostando a los puertos, confiados en que estos serán los principales beneficiarios de la expansión del Canal, que se espera sea un buen empuje para los puertos de la costa Este y del Golfo de México, y para las facilidades logísticas estratégicamente ubicadas cerca de los mismos.
En el Primer Foro Centroamericano de Financiación de Proyectos de Energía e Infraestructura se destacó la cantidad de proyectos que se desarrollan en Centroamérica en estos sectores.
La ampliación del Canal de Panamá es sólo un ejemplo destacado de la fiebre inversora en infraestructuras y energía, tanto pública como privada, que experimenta Centroamérica, que contrasta con la atonía en Europa, según los participantes en el foro sectorial celebrado en Panamá.
Nunca son demasiadas las facilidades para el comercio: bienvenido el proyecto chino-colombiano para unir por tierra el Pacífico con el Atlántico.
Y así lo entiende también la Autoridad del Canal de Panamá, que más allá de sentirse fuertes para la competencia que le plantearía el proyecto de unir por ferrocarril los dos océanos a través del territorio colombiano, señalan que cuanta más infraestructura exista en la región, más se potenciará ésta como centro logístico.