El crimen y la violencia asociados al narcotráfico conllevan costos económicos abrumadores, estimados en cerca del 8% del Producto Interno Bruto.
Lunes 26 de Marzo de 2012
En esta actividad ilícita, que en los años 90 se centraba en el Caribe pero que ha migrado ha Centroamérica, los carteles movilizan cerca de 300 toneladas de cocaína a América del Norte, por un valor de $38 mil millones.
Según datos de la Policía Nacional Civil, entre 2008 y 2011 se cometieron 40,000 asesinatos en el país, de los cuales un alto porcentaje está relacionado con el tráfico de drogas.
"El crimen y la violencia también debilitan el crecimiento económico, no solamente por los salarios perdidos, sino porque contaminan el clima de las inversiones y desvían los escasos recursos gubernamentales para fortalecer la aplicación de justicia en lugar de promover la actividad económica", afirma el Banco Mundial en su informe de 2011.
Si no se toman medidas excepcionales, Centroamérica pronto se derrumbará en estados fallidos dominados por las organizaciones criminales que compran el poder político.
Esta es la dramática pero realista conclusión a la que llega el estudio sobre el tema realizado por una coalición de instituciones guatemaltecas integrada por el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (FUNDESA), y Fundación G.
La caída de Centroamérica en manos del narcotráfico da la razón al genio: "Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes".
EDITORIAL
Pese a que los gobernantes lo niegan, los países centroamericanos están perdiendo la guerra contra los traficantes de drogas.
El inaudito aumento de la violencia en Costa Rica, otrora un oasis de paz en la región, es otra señal del fracaso de la lucha antidrogas tradicional.
EDITORIAL
Más poderoso que los Estados centroamericanos, el narcotráfico avanza no solo aumentando la oferta de estupefacientes en los países de la región, sino permeando las instituciones con el poder de su dinero y generando una creciente cultura de violencia que hace irrisorio proclamar que en Centroamérica no existe la pena de muerte. Sí existe, y lo peor es que no es la Justicia institucionalizada la que la decreta, sino los capos mafiosos, que señalan -a verdugos cada vez más jóvenes- quienes deben ser ejecutados.
En EE.UU. los mayores de 12 años que consume drogas aumentaron de 5.8% en 1991-93 a 8.,9% en el 2008. En México la guerra contra las drogas causó la muerte de más de 50,000 personas en los últimos 5 años.
El artículo de Juan Carlos Hidalgo en Nacion.com es de febrero de 2012.