Costa Rica: A la baja expectativas de crecimiento

El Banco Central confirmó la percepción generalizada de enlentecimiento económico, bajando de 3,4% a 2,8% su proyección de crecimiento para este año.

Viernes 31 de Julio de 2015

El presidente de la entidad confirmó que el exceso de dólares que hay en el mercado cambiario explica el comportamiento del tipo de cambio, que se ha mantenido relativamente bajo y estable durante los últimos meses.

Del comunicado del Banco Central de Costa Rica:

La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR), en el artículo 9 de la sesión 5697-2015 del 29 de julio del 2015 aprobó la revisión del Programa Macroeconómico 2015-2016.

Esta revisión parte del diagnóstico de la situación macroeconómica al primer semestre del 2015, con el fin de identificar riesgos para la estabilidad interna y externa del colón y, dados los objetivos que la Ley del BCCR establece a la Autoridad Monetaria, plantea las proyecciones macroeconómicas para los siguientes dieciocho meses.

En el primer semestre del 2015 la economía mundial continuó con un crecimiento moderado y heterogéneo; no hubo presiones inflacionarias, en parte por la reducción en los precios de las materias primas iniciada en el 2014 y; los mercados internacionales fueron afectados, principalmente, por las negociaciones de Grecia con sus acreedores y la incertidumbre sobre la fecha en que dará inicio el alza en las tasas de interés en Estados Unidos y más recientemente por los ajustes en las bolsas de valores asiáticas.

En el ámbito interno destacó lo siguiente:
i) A junio del 2015 la inflación general fue de 1,0% y de 2,7% el promedio de indicadores de inflación subyacente (tasas de variación interanual). Con ello la inflación se ubicó por debajo del
límite inferior del rango meta definido en el Programa Macroeconómico 2015-2016 (4% ± 1 punto porcentual), condición que está previsto continúe en el segundo semestre del año.

ii) La actividad económica creció 2,5% en el primer semestre. Si bien ese resultado denota una desaceleración, influida en parte por el efecto negativo que sobre la producción interna está teniendo el fenómeno El Niño Oscilación Sur (ENOS) y la disminución en las ventas al exterior de productos de alta tecnología, debe señalarse que los indicadores de producción de las empresas del régimen regular de comercio muestran, desde inicios del presente año, mejoras en su desempeño.

iii) El déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se redujo, de 2,4% del PIB en el primer semestre del 2014 a 1,7% un año después. Esta mejora relativa estuvo dominada por el menor desbalance en el intercambio de bienes (entre otros por la menor factura petrolera) y el mayor superávit en la cuenta de servicios. Los flujos de ahorro externo de largo plazo de la cuenta de capital alcanzaron para financiar esta brecha y generar una acumulación de reservas internacionales netas que ubicó su saldo en el equivalente a 15,7% del PIB.

iv) Los agregados monetarios crecieron a tasas similares a las previstas en la programación macroeconómica, no así el crédito al sector privado, cuya variación se situó ligeramente por debajo de lo previsto.

v) La reducción en la TPM (175 p.b. entre febrero y el 28 de julio), consecuente con el comportamiento antes comentado de los determinantes macroeconómicos de la inflación, como era previsible, se trasladó casi de inmediato a las tasas del mercado de dinero y en menor grado al resto de tasas de interés. Dado que el proceso de transmisión de la política monetaria es gradual, es de esperar que en los próximos meses el sistema financiero continúe ajustando a la baja sus tasas de interés en colones.

vi) Relativa estabilidad cambiaria debido a que la mejora en los términos de intercambio incrementó la disponibilidad de divisas en el mercado cambiario costarricense (mayor superávit del sector privado y menor requerimiento del sector público) que generó presiones a la apreciación del colón, lo cual fue en parte compensado por la participación, como demandante neto, de los intermediarios cambiarios y del Banco Central.

vii) El déficit del Gobierno Central fue 2,8% del PIB (2,6% en igual periodo de 2014), el cual se atendió, mayoritariamente, con colocación neta de deuda interna en el sector privado (fondos de pensiones, entre otros) y en el sistema financiero, en un contexto de disminución de tasas de interés en colones.

Partiendo de ese diagnóstico, la Junta Directiva mantuvo la meta de inflación en 4% ±1 p.p. para lo que resta del bienio 2015-2016. Es entendido que la evaluación de esta meta es mes a mes y no sólo al término de cada año, por lo que con antelación el Banco Central reconoce que existe una alta probabilidad de que en el segundo semestre del año continúe el desvío de la inflación con respecto al rango meta.

La decisión de mantener la meta de inflación se sustentó en que:

i) El efecto de los determinantes del desvío será transitorio (baja presión inflacionaria de origen importado, reducción en algunas tarifas de servicios regulados y choques de oferta agrícolas). Aun cuando el comportamiento reciente de los precios de materias primas y metales en los mercados internacionales no permite descartar reducciones adicionales futuras en el precio local de bienes relacionados, se supone que de ocurrir éstas no alcanzarían las magnitudes observadas en los meses previos.

ii) La evolución de los determinantes macroeconómicos de la inflación hace prever su retorno al rango objetivo en el 2016 (agregados monetarios y crediticios, brecha del producto y expectativas de inflación).

iii) En ausencia de medidas que procuren una solución al problema estructural de las finanzas públicas, la presión futura del financiamiento del déficit fiscal hace poco viable adoptar una meta de inflación en umbrales inferiores.

iv) Una meta de inflación centrada en 4% es consecuente con la búsqueda de niveles bajos y estables. La literatura económica señala que una inflación baja y estable facilita el cálculo económico para la toma de decisiones de ahorro e inversión; reduce la erosión en el poder de compra, particularmente para aquellos grupos de bajos ingresos y; contribuye a crear un entorno apropiado para que otras áreas de la política económica generen resultados coherentes con la búsqueda de la estabilidad macroeconómica del país.

En materia de estabilidad externa, el Banco Central coadyuvará a que existan condiciones para disminuir el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos y para que la economía atraiga el ahorro externo de mediano y largo plazo requerido para financiar esa brecha.
Para cumplir los objetivos planteados en la revisión del Programa Macroeconómico 2015-2016, el Banco Central mantendrá el tono de las medidas de política en el tanto dispuso:

i) Reducir la Tasa de política monetaria en 50 p.b., para ubicarla en 3,0% anual a partir del 31 de julio. Con ello esta tasa de referencia acumula una disminución de 225 p.b. en lo que transcurre del año.

ii) Mantener la tasa de encaje mínimo legal en 15%, aplicable para operaciones en colones y en moneda extranjera.

iii) Seguir con la gestión de liquidez, mediante su participación en el MIL.

iv) Continuar con la gestión de deuda con el fin de evitar que los vencimientos se traduzcan en excesos monetarios que comprometan el logro de los objetivos planteados.

v) Mantener el programa de compra de divisas autorizado en enero pasado (hasta EUA$800 millones) que busca mejorar la posición en reservas internacionales.
vi) Gestionar las divisas para el sector público, según lo dispuesto por el Directorio en el artículo 10 de la sesión 5651-2014 e intervenir en el mercado cambiario con el fin de evitar fluctuaciones violentas en el tipo de cambio, sin que ello interrumpa la tendencia que dictan las variables que en el mediano plazo determinan este macroprecio.

Estas medidas serán adoptadas en un contexto macroeconómico que se prevé estará caracterizado por:

i) La recuperación moderada de la economía mundial, asimétrica entre regiones y países.
ii) El inicio del aumento en las tasas de interés por parte del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, a finales del 2015 o inicios del 2016.
iii) El crecimiento económico interno alcanzaría 2,8% en el 2015, con una recuperación a 4,0% un año después.
iv) El déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos de 4,0% y 4,1% del PIB en el 2015-2016, respectivamente, financiado con recursos de mediano y largo plazo, en particular inversión extranjera directa.
v) El mayor déficit del Gobierno Central (5,9% y 6,4% del PIB para 2015-2016, en ese orden), financiado, en parte, con recursos de la última colocación de títulos de deuda externa realizada en marzo del 2015 (Ley 9070). Si bien en el 2015 la Tesorería Nacional recurrió al financiamiento interno en un contexto de reducción de las tasas de interés en colones, esta condición no es sostenible en el mediano plazo, dada la trayectoria creciente de la razón de deuda pública a PIB.
Aun cuando en la corriente legislativa existen proyectos de ley tendientes a mejorar la situación financiera del Gobierno la revisión del Programa Macroeconómico 2015-2016 no consideró los efectos de su eventual aprobación por parte de la Asamblea Legislativa; en el momento en que eso ocurra el Banco Central evaluará la procedencia de modificar su programación macroeconómica.
vi) Un aumento del ahorro financiero y del crédito al sector privado congruente con la meta de inflación, el nivel de actividad económica y el incremento paulatino en el grado de profundización financiera.

El Banco Central es consciente de la existencia de riesgos que, de materializarse, comprometerían el logro de la meta inflacionaria. De ellos destacan el desequilibrio fiscal, una mayor incidencia negativa del fenómeno ENOS sobre la producción y la infraestructura, aumentos mayores a lo previsto en los precios internacionales de materias primas y una volatilidad excesiva en los mercados financieros y cambiarios internacionales ante incrementos en las tasas de interés en Estados Unidos.

En cuanto al riesgo que introduce el desequilibrio fiscal, el Banco Central hace un llamado a los distintos grupos de la sociedad costarricense para buscar el consenso necesario y adoptar en el 2015 las medidas legislativas para controlar y racionalizar el gasto e incrementar la recaudación tributaria. Estas medidas son necesarias para generar el superávit primario requerido y revertir la tendencia creciente de la razón de la deuda pública a PIB en un periodo razonable.

Por último, como lo ha señalado en otras ocasiones, el Banco Central ajustará su política ante eventos del entorno macroeconómico que obstaculicen el cumplimiento de los objetivos asignados en su Ley Orgánica.

Ver "Revisión Programa Macroeconómico 2015-2016".

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