Centroamérica: El narcotráfico al poder

El inaudito aumento de la violencia en Costa Rica, otrora un oasis de paz en la región, es otra señal del fracaso de la lucha antidrogas tradicional.

Jueves 5 de Noviembre de 2015

EDITORIAL

Más poderoso que los Estados centroamericanos, el narcotráfico avanza no solo aumentando la oferta de estupefacientes en los países de la región, sino permeando las instituciones con el poder de su dinero y generando una creciente cultura de violencia que hace irrisorio proclamar que en Centroamérica no existe la pena de muerte. Sí existe, y lo peor es que no es la Justicia institucionalizada la que la decreta, sino los capos mafiosos, que señalan -a verdugos cada vez más jóvenes- quienes deben ser ejecutados.

El problema ya era endémico en Guatemala, El Salvador y Honduras, y ahora es la alguna vez llamada la "Suiza Centroamericana", donde -pese a las declaraciones de las autoridades de que tienen el control de la situación- las ejecuciones callejeras aumentan continuamente y se espera terminar el 2015 con alrededor de 530 asesinatos.

El narcotráfico y la violencia asociada cambian cultura y modos tradicionales de vivir. Por un lado los nacidos en la pobreza tienen en la integración a las bandas criminales un modo de obtener sentido de pertenencia y de algún bienestar económico, aún con grave riesgo de morir en el intento. Y por otro, los jóvenes en mejores condiciones socioeconómicas deben "adaptarse a una vida de reclusión, sin diversiones y pocas oportunidades, para eludir una violencia que no da señales de revertirse... Cómo vestirse, qué zapatos usar, el más apropiado corte de cabello, los lugares más seguros para visitar y las calles por recorrer son decisiones cotidianas y vitales".

Y el avance sobre las instituciones es incontenible. En Costa Rica, el presidente del Tribunal Supremo de Elecciones mostró "... preocupación que ya había manifestado en torno a las elecciones municipales de febrero: el cuidado con el dinero del crimen organizado y su filtración en el financiamiento de campañas." En Guatemala es vox populi la financiación de candidaturas políticas por parte de los carteles del narcotráfico.

Mientras se pretenda combatir el narcotráfico como se ha hecho hasta ahora, continuará degradándose la paz en los países centroamericanos -que constituyen la ruta esencial de las drogas para su llegada a su mayor mercado consumidor, los Estados Unidos- y llegará el momento de que estará amenazada su condición de sociedades democráticas.

¿Busca soluciones de inteligencia comercial para su empresa?



Más sobre este tema

Einstein y el narcotráfico

Noviembre de 2015

La caída de Centroamérica en manos del narcotráfico da la razón al genio: "Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes".

EDITORIAL

Pese a que los gobernantes lo niegan, los países centroamericanos están perdiendo la guerra contra los traficantes de drogas.

Fracaso de la guerra contra el narcotráfico

Agosto de 2012

En EE.UU. los mayores de 12 años que consume drogas aumentaron de 5.8% en 1991-93 a 8.,9% en el 2008. En México la guerra contra las drogas causó la muerte de más de 50,000 personas en los últimos 5 años.

El artículo de Juan Carlos Hidalgo en Nacion.com es de febrero de 2012.

El narcotráfico ahoga a Guatemala

Marzo de 2012

El crimen y la violencia asociados al narcotráfico conllevan costos económicos abrumadores, estimados en cerca del 8% del Producto Interno Bruto.

En esta actividad ilícita, que en los años 90 se centraba en el Caribe pero que ha migrado ha Centroamérica, los carteles movilizan cerca de 300 toneladas de cocaína a América del Norte, por un valor de $38 mil millones.

La escalada del tráfico de drogas en Centroamérica

Marzo de 2011

La falta de capacidad de los estados y su desventaja frente al poder económico del narcotráfico habilitan el aumento de la violencia y la corrupción.

"Utilizando sistemáticamente la violencia y la corrupción, intimidando y extorsionando a funcionarios públicos, los grupos delictivos acaudalados y poderosos han podido debilitar los sistemas policiales y judiciales.

ok